Yoongi IV (parte 2)

734 51 0
                                    


La espera hasta el viernes se me antojó agónicamente lenta, pero una vez hubo llegado, tenía tantas cosas que preparar que el tiempo se me pasó volando. Todo esto era nuevo para mí porque, aunque había visto a Yoongi, realmente era un completo desconocido y jamás me había atrevido a tanto con alguien que no conocía. Cuando saqué el vino sonreí para mí misma, pensando que estaba honrando a la adolescente que tenía en mi interior, que estaba chillando de histeria.

Puntual como un reloj, a la hora acordada el timbre de casa sonó avisando de la llegada de Yoongi, provocando que el corazón se me acelerara. Me mantuve quieta durante unos pocos segundos, dejando que ese minúsculo margen de tiempo restara un poco de apariencia de principiante y de nerviosismo a la imagen que Yoongi podría formarse de mí en su primera impresión para después apresurarme hacia la puerta principal, no sin antes parar ante el espejo del recibidor y verificar por última vez mi imagen.

Apreté mis labios suspirando profundamente y abrí la puerta disimulando normalidad, reparando en ese momento lo mucho que costaba actuar como uno siempre actúa cuando no tiene que fingir. El corazón me dio un vuelco cuando vi a Yoongi observando con curiosidad los alrededores, ataviado con una camisa de un tono oscuro y un pantalón color negro. Tenía metidas sus manos en los bolsillos con un aire completamente despreocupado que me habría gustado saber imitar para este momento. No tardó mucho en mirarme y sonreír ampliamente, a lo que yo correspondí. La cámara del teléfono no le hacía justicia a su imagen en persona.

- ¿Qué tal? -expresó a modo de saludo.

- Muy bien ¿y tú? Veo que no te ha costado seguir las indicaciones.

- Para nada, bastante sencillo -hizo una pausa-. ¿Puedo pasar?

- Ah, claro -me apresuré a responder soltando una risilla nerviosa.

Yoongi no se había dado cuenta, pero para cuando traspasó el umbral de la puerta y yo cerré tras él, resoplé silenciosamente a su espalda, preguntándome por qué me había reído de esa manera. A su paso pude percibir su aroma, y supe al instante que ese olor no abandonaría mi mente con facilidad.

- Tienes una casa preciosa -aduló él.

- Gracias. Si te soy sincera, no sé cómo saludarte -confesé, provocando que Yoongi soltara una carcajada.

- Eres mucho más tímida en persona. En ese caso, comienzo yo.

Antes de tener la oportunidad siquiera de preguntarle a qué se refería, recortó la distancia entre nosotros y se inclinó levemente, acercándose a mi rostro. Cerré los ojos por inercia, pero, para mi sorpresa, sus labios se posaron suavemente en mi mejilla, infernalmente cerca del filo de mi mandíbula, a poca distancia de mi cuello. Abrí los ojos sintiéndome ridícula de nuevo.

Yoongi se irguió volviendo a ganar los centímetros de altura que me sacaba y volvió a ojear la casa, como si no se hubiera dado cuenta de que estaba esperando un beso en los labios, pero algo me decía que no solo se había dado cuenta, sino que, además, lo había hecho a propósito. Sin duda, a Min Yoongi le gustaba jugar, y a mí me gustaba el juego que estaba proponiendo.

- He sacado un vino para probarlo antes de la cena -informé, como si no hubiera pasado nada-. ¿Te apetece mientras te enseño la casa?

- Me encantaría -accedió.

Me disfracé de formalidad adaptándome perfectamente al juego que él mismo había comenzado, y recorrí toda la casa fingiendo que me interesaba enseñársela, mientras él fingía que le interesaba verla.

- Y esta es mi habitación -declaré, finalizando esa especie de 'tour'.

- ¿La habitación en la que estás cuando te llamo? -soltó repentinamente.

OneShot BTS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora