IX

544 57 4
                                    

Jimin miraba el rostro del más alto y era notoria la emoción que reflejaba este.

Tomó la bolsa y la abrió, pero antes de que pudiera ver el contenido, las manos del mas bajito se posaron sobre las suyas.

- Ya que te gustan los regalos hagamos esto bien, cierra los ojos.

- ¿Qué?

- Venga ciérralos, que sea sorpresa

Jungkook cerró sus ojos y estiró sus manos. Pasó su lengua sobre su labio inferior con una sonrisa divertida. Gesto que no pasó desapercibido por el rubio. A los pocos segundos sintió como una tela era dejada sobre sus manos.

- A ver, antes que nada, debo admitir que fui un poco auto referente porque me gustó mucho. No sé tus gustos asique espero te guste a ti también. Venga abre los ojos – Jungkook soltó una pequeña risita y lentamente abrió sus ojos. Antes de ver que era el regalo, se tomó un tiempo para observar al rubio frente a él. Bajó su vista y no pudo evitar dejar escapar una risa. Era una camiseta negra, con estampado en ella. No era lo que el solía usar, pero le había gustado mucho el detalle.

- Está muy bonita Jimin y creo que es de mi talla. Muchas gracias, no tenías porqué-

- Claro que sí. De verdad me ayudaste mucho ayer Jungkook, ni siquiera sabía que me estaba pasando y si no hubiese sido por ti no se qué hubiera hecho – El pelinegro cambió su expresión a una más seria ¿no sabía que le estaba pasando? ¿nadie le ayudaba cuando tenía crisis de pánico?

- Lo volvería hacer una y mil veces más Jimin – soltó sin pensar – bueno, recién son las 10 de la mañana ¿tomaste desayuno? – caminó rápidamente hasta detrás del mostrador buscando una taza sin esperar la respuesta del contrario.

Si no se hubiese movido así de rápido tal vez hubiera visto el pequeño sonrojo que provocó en Jimin al decir aquello.

- Aún no como nada ¡pero no te preocupes! – movió sus manos en dirección al mas alto – no quiero quitarte tiempo

- Claro que no lo haces, extrañamente no hay muchos clientes hoy, además es una invitación de Kosmo para un cliente exclusivo – Jungkook ya estaba preparando un desayuno

- Ok – el rubio soltó una risita divertida – me veo en la obligación de aceptarlo entonces – se sentó en una de las mesas que estaba más cerca de donde Jungkook le preparaba la comida.

Al poco tiempo el pelinegro llegó con un café y unos hotcakes y los dejó suavemente frente a Jimin. Este lo esperaba ansioso, Jungkook vio como observaba con entusiasmo el plato pero su rostro decayó al ver la taza de café.

- ¿Pasa algo? ¿no te gusta el café? – preguntó curioso

- No no es eso, me encanta el café y de seguro este debe saber muy rico – le respondió abriendo expresivamente sus ojos mientras se metía un trozo de hotcakes a la boca. Jungkook sonrió por el gesto.

- ¿Pero? – preguntó el pelinegro evitando reírse de lo tierno que se veía con los cachetes llenos de comida, vio como su mirada volvía a decaer un poco cuando pensaba en que decirle – Venga dime, ¿no quieres café?

- No es que no quiera, no quiero despreciar lo que has preparado para mí – estiró inevitablemente sus labios en un puchero – es solo que el café me acelera un poco, lo descubrí de una mala manera y desde ahí trato de evitarlo, lo siento – el rubio había soltado el tenedor con el que comía y había escondido ambas manos por debajo de la mesa.

- Oh Jimin-ah – alargó la última palabra – hay mucha gente que viene aquí y pide sin cafeína, de seguro porque les pasa algo similar. Pero no te preocupes, deja traerte algo mejor. De igual forma el café no iba bien con los hotcakes.

- ¿En serio? ¿No te molesta? – Jimin le habló en un tono alto para que Jungkook le pudiese escuchar desde atrás de la barra.

- Bah, que me va a molestar, esto que te prepararé estará muy rico, solo espérame un momento – le respondió con un grito mientras se movía rápido buscando quien sabe que ingredientes.

- Pues está bien – Jimin respondió en un tono bajito que no fue audible para el más alto. La forma en la que se encogió de hombros con una tierna sonrisa tampoco fue visible para él.

Al poco tiempo el pelinegro llegó con un frapuccino de fresa, tenía una que otra fruta picada sobre la crema y una salsa de chocolate decoraba todo. Jimin sonrió.

Jungkook le entregó el vaso extragrande que había elegido para él, tomó el café que le había preparado antes y corriendo la silla que sobraba en la mesa se sentó frente al rubio.

Cuando Jimin vio que se había sentado y como comenzaba a tomar del café, se dio cuenta de la intención del contrario. Tomarían desayuno juntos y a Jimin le daba vergüenza. No estaba acostumbrado a convivir de esta forma con extraños, ni con nadie. Menos con alguien que se le hace extremadamente guapo. Jimin se atragantó.

- Es que yo tampoco he tomado desayuno – mintió. Jungkook no podía saltarse jamás el desayuno. Era una ley para el comer algo antes de empezar el día. - ¿No te molesta verdad?

A L O N E ~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora