XVII

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Iban en el taxi rumbo al departamento de Jungkook. Jimin iba tímidamente sentado a un lado de la ventana y Jungkook le miraba de reojo desde el otro extremo. 

Desde que salieron de la rocola que Jimin no había dicho ni una palabra y eso estaba preocupando un poco al pelinegro. Aun no lo conocía muy bien y eso hacía que le costara leer su comportamiento un poco.

Pensó por un momento si sería bueno sacar algún tema de conversación o si viajar en silencio estaría bien.

A Jungkook no le gustaba el silencio.

Se acercó un poco hasta rozar el cuerpo de Jimin, quien dio un sobresalto al sentirlo. Este lo miró fugazmente para volver su vista a la ventana.

Jungkook se acercó a su oído.

- ¿Te gusta la vista? – susurró cerca de su oreja.

- Me gusta – respondió igual de bajito sin despegar su vista del camino.

- Ambienté mi balcón para poder recostarme y ver las estrellas, hay una vista hermosa a la ciudad también.

Jimin abrió sus ojos con entusiasmo - ¡¿puedes ver las estrellas desde tu balcón?!

- Claro que sí – Jungkook le sonrió con ternura – si quieres podemos verlas antes de dormir.

- Me encantaría Jungkook – las mejillas de Jimin estaban sonrojadas y eso era algo que Jungkook no estaba ignorando. Le causaba curiosidad, pero a la vez le encantaba verlo así.

Al llegar al destino, Jungkook bajó primero del taxi sin antes pagar y agradecer al señor por su servicio. Luego ayudó a Jimin a bajar y se adentraron al edificio. Era un barrio residencial bastante céntrico. Habían locales de comida y de ropa muy cerca del lugar y todo se veía muy lujoso para lo que Jimin estaba acostumbrado.

Jungkook saludó a Henry, el conserje del edificio, y este le devolvió el saludo. Cuando vio a Jimin detrás de él quiso preguntar, pero se abstuvo. Era primera vez que veía a Jungkook llevar a alguien que no fueran los 5 que ya conocía.

- ¿Todo bien, pequeño? – no pudo aguantar la pregunta que venía rondando en su mente desde que se subieron al auto.

- C-claro que sí. Es que es primera vez que voy a casa de un amigo. – sonrió Jimin jugando con sus dedos.

Jungkook quiso preguntar para saber un poco más sobre la vida de Jimin, le intrigaba que siendo tan amable y cálido luciera como una persona tan solitaria.

Decidió que no era el momento para aquello, pensó que quizás seria un tema sensible para él y no quería incomodarlo de esa forma. Asique le entregó una sonrisa para tratar de confortarlo y una vez que entraron en el ascensor no pudo reprimir el deseo de pellizcarle una mejilla. Jimin se sonrojó.

- ¿J-jungkook? – preguntó con sus grandes ojos.

- ¿Sí? – Jungkook aún no quitaba la mano de su mejilla.

- ¿No presionarás el botón?

- Oh es cierto – quitó su mano rápidamente para presionar el número 13 que indicaba el piso donde vivía y luego rascó su nuca mientras se le salía una risita nerviosa.

Jimin otra vez había quedado en silencio. Se arrinconó en la esquina del ascensor detrás de Jungkook y no se movió de allí hasta que se abrieron las puertas y salieron del ascensor.

Caminaron hasta el final del pasillo hasta llegar al departamento N°19, Jungkook introdujo el código en él y se adentraron al lugar.

Jimin entró detrás y observó la sala que era lo primero que se veía. Era algo mas pequeño de lo que se había imaginado, pero todo lucía muy moderno. Aunque se veía un tanto sobrio para su gusto, no plasmaba el estilo de Jungkook. Tenía un sofá blanco, el televisor, la alfombra y una mesa de centro. Detrás del sofá había un ventanal que asumía daba al balcón que le había mencionado el pelinegro antes.

A L O N E ~ KookminWhere stories live. Discover now