𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟸.

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Entre abrió sus ojos despacio, sintiéndolos pesados, pero no podía ver nada

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Entre abrió sus ojos despacio, sintiéndolos pesados, pero no podía ver nada.

Sintió una molestia. Había algo sobre su rostro, cubriéndole sus ojos, impidiéndole mirar en dónde estaba, o que estaba pasando.

Movió sus brazos, queriendo llevar sus manos hasta su cara, y quitar aquello que le impedía su visión. Pero no logró hacerlo. Por el contrario, pudo escuchar el ruido de una cadena contra el suelo, mientras sus brazos permanecían en su espalda.

Alarmado, se sacudió intentando liberarse, mientras su respiración se aceleraba cada vez más. ¿Qué rayos había pasado después de que perdió el conocimiento? ¿A dónde le había llevado?

Tras unos largos minutos de estar forcejeando, decidió detenerse, entendiendo al fin, que con aquello no lograría nada. Solo lastimarse a sí mismo.

Inhaló y exhaló una y otra vez, intentando calmarse, hasta que finalmente lo consiguió. Notó entonces, que estaba tendido en el piso, sobre su lado izquierdo, con ambos brazos tras su espalda. Y no solo eso, sus pies también estaban juntos, y al moverlos nuevamente pudo escuchar el ruido de las cadenas.

¡Increíble! Había sido secuestrado por su novio, eso era obvio. Después de todo, él ya se lo había advertido. Pero hasta el momento, solo tenía esa información. Que su "novio" había sido el culpable.

Porque sobre dónde estaba, no tenía ni idea. ¿Seguiría aún en su casa? No. Seguramente no. De ser así, ¿por qué le cubriría los ojos? Eso no tendría ningún sentido.

¿Estaría entonces en la casa del Uchiha? No. Eso tampoco tenía sentido. Ya conocía ese lugar muy bien. No le cubriría los ojos si le hubiera llevado allí. ¿Par qué?

Eso le hacía pensar que el pelinegro le había llevado hasta un lugar desconocido para él. Pero entonces, ¿por qué le tapaba los ojos? Esa seguía siendo su duda. Si iba a mantenerle allí, encadenado, impidiéndole escapar, ¿qué importaba si miraba en dónde estaba?

Escuchó a lo lejos el ruido de una puerta al abrirse y luego al cerrarse, y seguido de eso unas tranquilas pisadas, cada vez más cerca.

Su cuerpo entero se tensó. Era él, ¿verdad? Claro. ¿Quién más podría ser? ¿Se había ido y acababa de regresar? Sí. Era

obvio. ¿Pero a dónde y para qué se había ido?

Oyó nuevamente el ruido de la puerta al abrirse, esta vez la de la habitación en la que él estaba.

Se mantuvo quieto, conteniendo la respiración, sin moverse mientras oía los pasos del azabache, acercándose hasta él.

El mayor se agachó a su lado, y posó su mano sobre su cabeza, acariciándole los cabellos con delicadeza. Su cuerpo entero tembló ligeramente ante el tacto, sin que pudiera evitarlo.

— Sé que estás despierto — susurró tranquilo.

El Hatake inhaló profundo, sintiéndose nervioso.

𝙸'𝚕𝚕 𝚋𝚎 𝚠𝚊𝚝𝚌𝚑𝚒𝚗𝚐 𝚢𝚘𝚞 •𝙾𝚋𝚒𝙺𝚊𝚔𝚊•Where stories live. Discover now