Parte 4

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El agotamiento mental se abatía sin piedad sobre mí, mientras mi estómago se retorcía y las náuseas me invadían. No era idóneo encontrarme en esta condición en el calabozo.

Mis pasos tambaleantes me llevaron a tropezar, y me apoyé en la fría pared del calabozo, jadeando debido a las intensas náuseas. Inhalé profundamente, tratando de controlar la revuelta de mi estómago.

¡...!, !Ha.......¡

Las imágenes de las batallas pasadas seguían asaltando mi mente, recordándome la dura realidad del calabozo. Era consciente de que no era el momento de flaquear, pero mi cuerpo y mi mente necesitaban un breve respiro.

Cerré los ojos, concentrándome en recobrar la fuerza que me quedaba. Cada bocanada de aire irregular me recordaba que debía seguir adelante. Tomé impulso de las últimas reservas de energía y me negué a dejarme vencer por esta momentánea debilidad.

Con un último suspiro, me alejé de la pared y continué ascendiendo por el calabozo. Solo el pensamiento de permanecer en ese lugar me hacía desear quedarme atrás, pero convertirme en alimento de monstruos definitivamente no estaba en mi lista de deseos.

Mientras subía los escalones, mi corazón latía con fuerza y mi mente se llenaba de pensamientos oscuros y temores. El eco de mis propios pasos resonaba en el aire opresivo, recordándome la soledad y el peligro que acechaban en cada esquina.

Amarrando la bolsa que contenía las piedras, un buen aventurero no dejaría su botín de guerra. Solo ay una sola opción, correr todos los pisos, el olor de la sangre atraerá monstruos y no tengo la fuerza suficiente de pelear.

"Plaf", "Plaf".

Dándome unas cachetadas, respire, inhale.

Aun con la náusea presente, corrí con todas mis fuerzas, debe mencionar que la adrenalina se había esfumado, cada paso es como un millón de agujas.

Gemí de dolor, parece que perdí mucho tiempo. Los monstruos nuevamente aparecieron de la esquina atraídas por mi exquisita sangre.

Por primera vez en mi corta vida corrí con tantas ganas. Maldiciendo.

Aun con las náuseas presente, corrí desesperadamente, tropezando con mi propia torpeza y dando pasos como un pato mareado. Cada paso era una danza descoordinada, con mis piernas flaqueando y mis brazos agitándose en un intento desesperado por mantener el equilibrio.

Gemí de dolor y desesperación, pero también debo admitir que mi situación tenía cierto aire de absurdo. Corriendo a toda velocidad, parecía más un personaje miedoso que un valiente aventurero. Seguramente los monstruos que me perseguían debían encontrar mi torpeza bastante divertida.

En mi afán por escapar, mis pies se enredaban con las propias sombras del pasillo y mis manos se aferraban a cualquier cosa que estuviera a su alcance, incluyendo un par de orejas puntiagudas de un monstruo despistado al que casi confundo con un compañero de carrera.

A medida que los monstruos se acercaban, lanzaba exclamaciones ridículas y ruidos guturales que podrían rivalizar con los de cualquier bufón. Mis intentos desesperados de esquivarlos se volvían cada vez más exagerados, con saltos acrobáticos y giros torpes que solo conseguían hacerme ver más patético.

Mientras corría, me encontraba haciendo muecas grotescas y gestos exagerados de miedo, como si estuviera interpretando en una obra teatral. Incluso en medio del peligro, no podía evitar encontrar cierta ironía en mi propia desgracia.

Aunque el dolor y la fatiga me agobiaban, cada vez que tropezaba o recibía un golpe inesperado, no podía evitar soltar una carcajada. La situación era tan absurda y surrealista que la risa se convertía en mi única válvula de escape en medio del caos.

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⏰ Last updated: Dec 29, 2023 ⏰

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danmachi: esta mal no querer ser un héroe.Where stories live. Discover now