Cap 5

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—¿No es un poco tarde para estar en la casa del capitán Morgan?—me pregunta Paul cuando bajo del auto en casa

—¿No deberías estar con tu hija?—bufo, pasado por su lado junto a Isabelle, a quien fui a buscar en casa de su amiga luego de salir de casa del capitán Morgan

—¡No puedes huir de mi, es mi trabajo vigilarte!—me grita

—¡Oh, ¿también lo es follarte a todas las trabajadoras de la casa y embarazarlas?!—me volteo a verlo—. Encárgate de Jeanine y su bebé, y jamás en tu vida vuelvas a tratarme como si fueras mi igual, cerdo asqueroso.

Paul es, desgraciadamente, mi escolta. Sin embargo, también es un machista de mierda que solo disfruta cuando mi padre se desquita con Isabelle o conmigo.

Se ha encargado de intentar hacernos la vida imposible desde que Ian se fue, pero que me jodan si dejaré que otro hombre intente ser un abusivo conmigo. Voy a romperle la cara el día que intente tocarme o tocar a Isabelle.

—Es un idiota—resopla mi hermana y río pasando mi brazo sobre sus hombros—. ¿Dijo la verdad? ¿Estabas con el capitán Morgan?

—Le daré tutorías, me pagarán bien—beso su cabeza—. Usaremos ese dinero cuando Ian vuelva y nos iremos de aquí.

—¿Y si yo también trabajo?—propone—. Puedo ahorrar y así tendremos el dinero para que yo pueda ir a la universidad y...

—No te preocupes por eso, Ian y yo lo resolveremos, tú solo enfócate en tu vida—suspiro—. ¿Qué te parece si vemos una película esta noche?

Sonríe.

—¿La nueva de Rápidos y Furiosos?—pregunta con un puchero y asiento, lo que la hace entrar rápidamente y correr escaleras arriba para buscarla

Niego, cerrando la puerta principal para ir a la cocina en busca de algunas golosinas para comer mientras vemos la película.

—¿Dónde estabas?—la voz de mi padre me sorprende cuando entro—. ¿Dónde estaban ustedes a estas horas? ¿Crees que es adecuado que las vean en la calle tan tarde?

—Estábamos en una excursión, firmaste los permisos—miento, sabiendo que no lo recordará—. Por cierto, me inscribí a clases de baile, es un requisito para una de las próximas misiones.

—Ajá, ¿cuantas horas?

—Depende, la instructora decidirá, pero estaré ahí desde que salga de la universidad—me encojo de hombros

—Espero que no estés haciendo esto para ir a algún otro lado—amenaza—. O voy a tener que tomar represalias contra Ian...

—Si no vas a creerme, pregúntale al capitán Morgan—me encojo de hombros—. Él fue quien me ordenó tomar las clases.

Bueno, si quiere que le dé clases, tendrá que cubrirme. No tiene opción.

—¿Morgan?—aprieta los labios mientras niega—. Mantén a ese imbécil complacido, ¿entiendes? No quiero problemas con el ministro.

Frunzo el ceño.

—Pero odias al capitán Morgan.

—¡No alegues lo que te digo!—me voltea el rostro de una bofetada y jadeo, maldiciendo interiormente por mi desliz

A mi padre simplemente hay que obedecerle en lugar de alegar o ese puede ser el resultado. Y siempre termino teniendo que maquillarme o maquillar a Isabelle cuando no me encuentra a mi para desquitarse.

Prefiero mantenerme mansa por el bien de mis hermanos. Yo soy su blanco mayor porque soy la que más se parece a mi madre y él la odió cuando se enteró que ella tenía un amante.

La golpeaba, ella lo soportaba, pero un día no lo hizo más y se fue con su amante. Y hasta dos años después supimos sobre ella.

Mi madre murió, ella se enfermó de cáncer y nunca nos dijo. Cuando lo supimos, ya era demasiado tarde; murió tres días después de que supimos la noticia y mi padre lanzó todo lo que estuviera relacionado con ella a la basura. Nunca supimos quien era su amante.

No la culpo por irse, pero si por dejarnos. Sé que ella nos amaba, siempre nos lo repetía, pero su miedo a mi padre fue más grande que su amor por sus hijos.

Ella era hermosa. Era rubia como yo y tenía los ojos dorados, no como los azules de mi padre.

—Lo siento, papá—murmuro—. No debí.

—No, no debiste—me empuja hacia el mesón, y me trago un gruñido cuando mi cadera golpea contra el mármol, causándome un dolor que me recorre de pies a cabeza y hace que mis ojos ardan. «No llores, joder»

Me trago las lágrimas, respiro profundo y salgo de la cocina antes de que mi padre decida que quiere seguir golpeándome.

Cojeo, me duele con cada paso y subir las escaleras se vuelve mi propio infierno, pero me recuerdo que será peor si no desaparezco de su vista pronto.

Para cuando llego a la habitación, el dolor es asfixiante, así que abro y cierro con seguro detrás de mi, apresurándome a llegar a la cama.

—Dios mío, ¿qué te hizo?—Isabelle se acerca y me ayuda a recostarme—. Estás pálida—aparta el cabello de mi rostro y gime—. Dios, tienes un moretón, iré por hielo...

Tomo su muñeca antes de que se levante.

—Ni se te ocurra, va a golpearte—niego—. En mi baño hay analgésicos y una crema mentolada, solo tráelos.

—Bien—se apresura a ir al baño y mi celular suena, lo que me hace maldecir mientras me estiro para sacarlo de mi bolsillo, lo que aumenta el dolor en mi cadera

Gimo, tomando el celular y descolgando antes de llevarlo a mi oreja.

—¿Qué?—pregunto cuando contesto

—¿A qué te refieres con eso?—la voz del capitán me hace rodar los ojos—. ¿Así tratas a todos tus alumnos?

—No estoy de humor ahora, dime que necesitas.

Isabelle sale del baño y me llevo el índice a los labios para que haga silencio, así que asiente mientras se sienta en la cama y levanta mi camiseta para comenzar a esparcir la crema.

Siseo cuando siento el frío.

—¿Qué fue eso?—cuestiona Christopher

—Llamas en mal momento, ¿pasa algo?

—¿A qué hora son las clases?

—De tres a seis—informo—. Y si mi padre te llama, dile que si, que tú me ordenaste tomar clases de baile.

—¿Por?—bufa

—Porque necesitas aprender Alemán y no lo harás si mi padre se entera que le estoy dando clases privadas a un Morgan. ¿Te sirve o no? Porque no voy a perder tiempo.

La línea se queda en silencio unos segundos y me trago en seco la pastilla que Isabelle me ofrece mientras sube a la cama conmigo.

—Nos vemos mañana.

Ruedo los ojos antes de colgar la llamada y abrazar a mi hermana, que esconde su cabeza en mi cuello mientras acaricio su espalda.

—Duerme un poco, mañana veremos esa película—prometo

Give Me Everything [Christopher Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora