Para algunos es fácil comunicar sus sentimientos, sus alegrías, tristezas o pensamientos, pero para mí es imposible a veces.
En algunos momentos me sumerjo en mis caóticos pensamientos y al final no digo ni hago nada de lo que pienso, eso me moles...
Siempre me ha gustado observar el cielo nocturno y más cuando está teñido de estrellas.
Antes solamente me gustaba observar y quedarme con el dulce recuerdo de las estrellas titilando en medio de la noche, solamente lo observaba para mi disfrutando del remanso del silencio y en pocas ocasiones compartía ese sentimiento con alguien más, pero... Desde que te conocí todo fue diferente.
Vivíamos a cuatro mil doscientos ochenta y ocho kilómetros lejos del otro, y yo desconocía tanto del mundo como de mi propia vida que no sabía nada salvo lo que podía apreciar cerca de mi corta nariz. Vivíamos lejos, pero entendía que veíamos el mismo cielo, sin embargo, cuando lo observaba me preguntaba si veías lo mismo que yo.
Esa noche cuando me acerqué a la ventana y alce la mirada, el cielo tenía nubles blancas con matices oscuros, vi un millón de estrellas titilando junto a la luna plateada y me pregunté con mayor insistencia si tú también veías el mismo panorama que yo observaba pensando en ti.
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Escrito: 07 de noviembre 2020 Editado: 17 de diciembre 2023