Capítulo 8.- El Concepto de Amistad

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Una joven mujer de unos pocos diecinueve años caminaba entre los caminos de tierra y pasto con una sonrisa sobre su rostro. Tarareaba una suave melodía que acompañaba ritmicamente el movimiento de su cabeza y el de su largo cabello negro. Sus ojos celestes se posaron ante la gigantesca mansión que se distinguía a los lejos. Entonces sonrió.

- Ya casi llego.

Se dijo acelerando el paso. En el patio de dicha mansión cuatro chicos disfrutaban de la cálida luz del Sol que golpeaba suavemente sus cuerpos junto a la cálida brisa mañanera.

Uno de ellos bostezo mientras estiraba sus brazos por detrás de su cabeza.

- Esto es aburrido. ¿Cuánto más tardarán en darnos nuestras espadas?

Cuestionó al aire ya molesto de tanto esperar. El cuervo kasugai había avisado de la llegada de sus herreros asignados hace ya cerca de tres horas, y aun no había aparecido nadie por la entrada.

- Calma, Kaigaku. Ellos tienen más cosas que hacer, seguro llegarán pronto.

Casi como si la joven de ojos rosados le invocara, una silueta apareció por la entrada a la Finca Mariposa, se pusieron de pie emocionados por recibir sus espadas nichirin tras haberlas perdido en aquella lucha.

- ¿Tanto me esperaban? ¡Pues ya no se preocupen! ¡Que ya llegó por quien lloraban!

Dijo Makomo entre risas al ver sus reacciones, los cuatro tenían expresiones de decepción. No era a quien esperaban en lo absoluto.

- ¡Makomo! Buenos días.

Saludo Nezuko acercándose, casi instantáneamente el resto la siguió.

- Uhm... ¿Y usted quien es?

Preguntó Zenitsu entrecerrando los ojos. Su rostro se puso rojo al momento en que Makomo se inclinó para verlo más de cerca. Luego sonrió satisfecha de su reacción apenada.

- Je~ Tu cabello es bonito. ¿Es natural o teñido?

- N-natural...

- ¿Y tu nombre?

- Zenitsu...

- Ya veo. Solo con verte puedo saber que usas la Respiración del Rayo. ¿Tu maestro quien fue?

- El abuelo me entrenó... Quiero decir, mi maestro fue Jigoro Kuwajima.

- El mio también.

Dijo Kaigaku alzando la mano. Makomo le miró y sonrió gentilmente.

- Ya veo. Eso es fantastico. Y tu eres el chico extraño de máscara de jabali. A ti te vi antes, cuando retaste a una pelea a Sabito cuando vino a revisar el estado de Nezuko. A los demás también, pero no tuve oportunidad de hablar con ustedes.

Explicó. Kanae, quien había escuchado las voces a la lejanía salio de su consultorio y se acercó a la fuente, logrando escuchar un poco de la conversación. Se sorprendió de encontrarse con Makomo en el lugar.

- ¡Makomo! Buenos días.

Saludo la Pilar saliendo a verla. Pese a que ambas mostraban una gentil y amable sonrisa a la otra, había cierta tensión en el ambiente. Los cazadores se comenzaron a sentir incómodos de inmediato.

"El ruido de Makomo es hostil..."

Pensó Zenitsu dando un par de pasos atrás siendo seguido por sus compañeros. Makomo alzó la mano, preocupando a todos, seguido dijo:

- Kanae, ¿te molesta si ayudo a los chicos con su entrenamiento? Sería aquí mismo, en tu patio.

- Por supuesto que no. Pero es que los herreros no han llegado con sus espadas.

Kimetsu no Yaiba [ Inverso ] Where stories live. Discover now