Capítulo 9.- Misión en el Tren

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Golpeó una de las dianas que aparecían en tiempos indeterminados antes de saltar evitando un barrote de madera que giraba pegado a un timón, llevaba ya un buen rato entrenando de esta manera. Luego se deslizó entre dos más para golpear los objetivos de arriba y abajo girando sobre su propio eje asestando sin ningún problema. Cayó de pie al suelo e impulsó su peso hacia adelante para equilibrarse, sin darse cuenta de que un nuevo obstáculo venía detrás suya y fue golpeada perdiendo la ronda.

- Bien hecho, Nezuko. Mejoraste en la cantidad de objetivos a los que les diste en esta ocasión, pero debes seguir trabajando en tu reacción.

Explicó Makomo. La joven de ojos rosados asintió antes de irse a descansar dándole el turno a su siguiente compañero.

- Ah... Hemos entrenado por horas. ¿No planea darnos un descanso más largo?

Preguntó en voz baja la chica de ojos azules y peinado de coletas. Por petición de Kanae, ella y Kanao también fueron llevadas por Makomo para una sesión rápida de entrenamiento conjunto.

Después de que llegaron los herreros a entregar las espadas de los chicos, ella los llevó a un recinto en el bosque, donde se encontraba un viejo circuito de entrenamiento para cazadores. Era antiguo y parecía que podría caerse a pedazos en cualquier instante, pero según Makomo lo mejor era usarlo.

- Los entrenaré en lo básico. Pero yo no puedo hacer que saquen su máximo potencial, lo que sí puedo hacer es ayudarlos a averiguar el cómo.

Las palabras de la mujer aún permanecían en la cabeza de Nezuko.

- Los cazadores más fuertes, es decir, los Pilares, y yo por supuesto... Son tan poderosos porque conocen su propio estilo y pueden aprovecharlo al máximo. La mayoría de chicos tratan de imitarlos, de ahí que nunca alcancen su potencial al completo.

Dijo alzando la mano apuntando al cielo, se dio la vuelta y cruzo una de sus manos por detrás de su cintura. Luego se inclinó ligeramente para verlos.

- Los convertiré en las mejores versiones de ustedes mismos, y antes de que se den cuenta, habrán cambiado por completo.

Desde ese momento comenzaron sus arduos intentos por superar la prueba, pero no tenían ni idea de cómo. El sistema no parecía tener un temporizador o un sistema de puntos para detenerse tras cierto tiempo, por lo que debían esperar a que Makomo considerase que ya habían terminado o perder. Hasta ahora solo habían perdido.

- Ugh... Es muy duro.

Se quejó Zenitsu llegando a sentarse junto a ellos luego de recibir un golpe en la cara al final de su turno con la máquina. Nezuko le dio un bote de pomada para su herida.

- Está frío... Kanao. ¿Puedes notar algo en la maquina? No consigo escuchar algo fuera de lo común.

Preguntó a su amiga, ella volteó a verlo algo sorprendida antes de dirigir su mirada al aparato.

Lo inspeccionó por todos los puntos posibles, los engranajes giraban empujando al resto para que los mecanismos de ataque, obstáculos y objetivos funcionaran adecuadamente, y la madera vieja rechinaba con algunas zonas ya abiertas pero sin mostrar algún botón de apagado al cual darle. Negó con la cabeza captando la atención del rubio.

- Lo siento.

- No pasa nada, entiendo. Yo tampoco puedo oír algo extraño después de todo, no te preocupes.

Respondió tratando de hacerla sentir mejor al tiempo que posaba su mano sobre su hombro de manera inconsciente. Después se mostró pensativo ante la situación en que se encontraban el y sus amigos. ¿Cuál era la intención de Makomo de llevarlos ahí?

Kimetsu no Yaiba [ Inverso ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora