Capítulo 16.- La Oiran Demonio

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Una mujer mayor, de unos aproximados sesenta y tantos años, peinaba gentilmente el cabello de una pequeña niña, su nieta, sentada en sus piernas con un peine negro con detalles florales en plateado. Mientras lo hacía, tarareaba una suave melodía ya conocía por la chica.

- Abuela, ¡cuéntame una historia!

Pidió con entusiasmo. Ella adoraba cada relato que salía de la boca de la mujer. Esta ladeo ligeramente la cabeza, y al hacerlo un pequeño recuerdo vino a su mente.

- Ya veo. ¿Te gusta el terror, no? Te contaré una historia que mi propia abuela me contó.

Explicó, la pequeña se mostró expectante y dirigió sus ojos al rostro de su abuela pegando su cabeza contra su pecho.

- Se cuenta que cada cierto tiempo, entre las generaciones de Oiran que nacen en este sitio, el Distrito Rojo, surge una particular. Es más bella que cualquier otra. Es extravagante.

Comenzó, las ideas y dudas se arremolinaban en la mente de la niña teorizando de qué podría tratarse este relato.

- Aquella que nace con estas características es la más famosa del Distrito, y la más codiciada. Pero todas tienen algo en común, aparte de esto, y eso es su mal humor y carácter fuerte. Se dice que han sido despiadadas e incluso han acabado con la vida de personas, pero eso es solo un rumor.

- ¿Y cómo se llamaban esas Oiran, abuela?

- Uh... No lo recuerdo. Pero creo recordar que la leyenda dice que todas tenían nombres que terminaban en <<hime>>. Sí, era algo así.

Esa sería una historia que la pequeña niña recordaría por siempre, hasta que creció, su piel se arrugó, sus huesos se debilitaron y llegó a tener la misma edad que su abuela cuando le contó aquel relato.

Un joven rubio, vestido como una femina y con un poco de maquillaje en el rostro, paseaba por los pasillos de la casa Kyogoku. Al hacerlo, pasó por una habitación. En el interior, el hombre dueño de la casa, quien estaba en un matrimonio con la dueña original, le ordenaba algo a una chica.

- Llévale sus alimentos a la Oiran Warabihime.

La joven negó con la cabeza manteniendo una expresión de miedo y pavor, no por el sujeto, más bien por el nombre de aquella mujer.

- ¡Por favor, no quiero hacerlo! Yo...

- ¿Tu qué? Solo hazlo.

- ¡Yo le tengo miedo a la Oiran Warabihime! ¡Me aterra hasta el punto de tener pesadillas con ella!

Aunque aquella conversación era interesante hasta cierto punto, el chico no le prestó más atención. El sabía que debía reunir información, pero no había motivos para sospechar de la Oiran o de la chica, y en realidad, en el tiempo que llevaba ahí, no lograba notar nada fuera de lo común. Por eso estaba más distraído pensando en cómo le iría a sus compañeros.

"¿Cómo la pasarán los demás? Debe ser difícil para ellos también. Tal vez Nezuko-chan la pase peor, al ser una chica linda puede que quieran instruirla en los labores de una cortesana, pero seguro aniki la cuidará bien."

Pensaba para calmarse. En esos días había escuchado a través de las paredes con su peculiar oído el como enseñaban a jóvenes chicas a satisfacer a los clientes masculinos.

En cambio, en la casa Ogimoto, Inosuke se mostraba molesto, ¿el motivo? ¡No podía hablar!

"Tu voz es muy masculina, y aunque trates de suavizarla sigues sonando como hombre. ¡Así que ni se te ocurra hablar!"

Fueron las palabras de Uzui. Pero eso solo le hacía pensar en una cosa.

"¿¡Cómo demonios conseguiré información si no puedo preguntar ni hablar!?"

Kimetsu no Yaiba [ Inverso ] Where stories live. Discover now