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ㅤHabían ya pasado unas semanas desde el regreso del mundo de los muertos de Elizeth a la vida del espadachín, y realmente se sentía como si nunca se hubiera ido. Ella seguía siendo igual que como la recordaba y aquello ayudó bastante a aclimatarse de nuevo a su presencia (cabe decir que el haberse mudado al propio cuarto de Mihawk y haberse vuelto ambos mucho más cercanos también ayudó), por lo que simplemente lo que menos deseaba el moreno era salir de Kuraigana.
ㅤLo primero y último que veía eran las hermosas facciones de la castaña, disfrutaba de su presencia tanto como le gustó la soledad en su momento, tal vez incluso más. Sus sonrisas, sus miradas indiscretas e incluso sus comentarios con doble sentido que con tanto descaro le gustaba soltar en momentos aleatorios para ponerlo nervioso, esas y más cosas eran las que disfrutaba día a día, en cualquier espacio de su hogar que había vuelto a tomar color con la presencia de la fémina.
ㅤFue tal vez por ello, por aquella felicidad que hacía tiempo que no sentía, que aquella mañana, tras conseguir el periódico matutino, decidió ocultarlo deliberadamente de ella. Sabía cuál sería su reacción, conociéndola tan bien, y de ahí la acción impropia de sí mismo.

“Oye, ¿no debería haber llegado ya el News Coo? Nunca se retrasa.”

Mihawk, fingiendo no saber del tema, se llevó su copa a los labios haciendo un mohín indiferente, mientras observaba como la mirada de la pirata estaba clavada en la gran ventana de la cocina. No habían utilizado el comedor aún, encontrando más calidez y cercanía en aquella mesa de cocina creada a base de una sola pieza de madera, en el que se podían vislumbrar sus años de uso.

“Espero que los babuinos no le hayan atacado.”    Comentó con aspecto preocupado la castaña llevándose el tenedor a la boca.

ㅤOdiaba mentirle, odiaba ocultarle cualquier parte de sí mismo cuando ella sabía cada pensamiento y momento de su vida, pero creyéndolo mejor para ella prefirió ocultárselo.
ㅤRealmente comprendía porqué siempre esperaba con impaciencia el periódico. Últimamente llegaban más y más noticias de ese pirata del sombrero de paja, y de alguna forma era su única fuente de comunicación que le mostraba cómo estaba su hijo. Pero, de nuevo, no creía que en aquél periódico estuviese la noticia que ella esperase. Probablemente la enfurecería. Y no falló en su diagnóstico.

ㅤMientras estaba ocupado limpiando todo lo que ambos habían ensuciado, la pirata encontró el periódico tristemente escondido. La postura del espadachín se volvió rígida al escuchar el sonido del papel a sus espaldas, sus intensos ojos amarillos lentamente buscaron la figura de la mujer, que yacía sentada en su asiento habitual de la mesa con el periódico abierto entre sus manos sostenido con firmeza, y podía verse por su mandíbula tensada y su ceño fruncido que aquella noticia que había leído no le había gustado ni un poco.

“Elizeth.”

ㅤ“No estoy enfadada contigo.”   Respondió a una pregunta que se hizo en la cabeza el moreno, aunque lo hizo sin apartar la mirada de aquella noticia.

ㅤUna imagen de la popa del estrambótico barco de su hijo estaba impresa junto al título en letra mayúscula «LOS PIRATAS SOMBRERO DE PAJA SON VISTOS EN ARABASTA». Sabía lo que significaba, sabía quién vivía allí y cómo era. Preferiría mil veces que hubiesen acabado en cualquier otra isla, pero desearlo no le ayudaría en nada.

“Sé que no querías preocuparme.”   Sus oscuros subieron por fin hasta el rostro del espadachín, que seguía en pie sin haber logrado dar un paso.   “Como también sé que sabes lo que voy a hacer ahora.”

ㅤ“Es por eso que no quería que lo vieses.”   Respondió con un pequeño ceño fruncido.

“Es mi hijo, Mihawk.”

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐄𝐀 𝐖𝐈𝐓𝐂𝐇 |  𝗗𝗿𝗮𝗰𝘂𝗹𝗲 𝗠𝗶𝗵𝗮𝘄𝗸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora