Capítulo 5

234 60 11
                                    

No esperaba que la casa en dónde se hospedaban fuera tan grande. Parecía más bien una hermosa mansión bien decorada con luces que delitaban la vista por su baja luz y más bien calida.

La sala de estar, aunque grande, los muebles hacían que se viera cómoda y Hoseok se proyecto teniendo una sala como está algún día. Tal vez con su próximo marido y sus bebés.

No sabía porqué una sola cara se le vino a su mente para hacer realidad dicho deseo.

Hoseok se vistió lo mejor que pudo: un traje con bordados de color celeste con zapatos bien lustrados y un perfecto collar que le había regalado su padre por año nuevo. Su cabello estaba seco y peinado con ligero perfume de flores casero.

Esperaba llamar la atención apropiada de una sola persona, quien se encontraba entrando con su padre. Sus ojos por unos momentos fueron al señor, quien era canoso, pero con porte, notandose lo real que se veía y también el traje tan limpio, podía verse que él no era más que gente adinerada y gobernadora; aunque su hijo, ese fue quien Hoseok más presto atención. Taehyung Lucia impecable como siempre y con un traje negro demasiado simple, pero exudaba también lo importante que debía ser, cómo un principe.

Le quedaba bien el título sin querer, tanto por el porte, como por la belleza y elegancia de la misma.

Hoseok esperaba no verse demasiado enamorado.

Aún no creía que lo estuviera del todo, porque era alguien nuevo, alguien que no le había Sido sincero acerca de sus sentimientos o siquiera sincero de como se sentía con respecto a Hoseok.

Aún con todas esas, sentía plenitud y confianza que albergaba en quien no debería.

Era extraño, pero tal vez podrian existir lo que antiguamente se conocía como almas gemelas. Había leído sobre ello y le pareció absurdo en su día, hasta este momento, en el que veía a Kim no había dudas al respecto sobre sus sentimientos a flor de piel.

Sin embargo estaba dudoso de todo, de como iba a resultar si solo seguía haciéndose ideas y resultaban erróneas.

—Bienvenidos—dijo Kim, presentándolos—Mi padre—quien dio una ligera reverencia y procedió a sentarse en el sillón cercano, de un solo asiento. Kim siguió parado con gran porte—, quien los invito para poder concretar algunos asuntos y para tener una velada amistosa.

—Solo para conocer mejor a la familia quien me está vendiendo decenas de flores.—dijo su padre con una sonrisa—Mi hijo es demasiado formal, por favor siéntense y solo charlemos.

Mi madre soltó una ligera risa y mi padre la acompaño a sentarse en el sillón próximo. Había un último sillón exacto para dos personas, cerca de Taehyung. Hoseok se quiso sentar en ese extremo, pero su hermana se le adelanto, casi empujándolo. Hoseok a regañadientes tuvo que sentarse en el otro extremo, alejado de Kim.

No sabía que cara hubiera puesto, pero podía oler un poco de irritación en la atmósfera y no sabía de quién era.

La charla fue trivial y luego paso a mercantil, mientras que los sirvientes entregaban ponche de ciruela por doquier. Kim seguía parado solemnemente mientras su padre seguía haciendo bromas jocosas, sacándole una sonrisa a su madre y padre, quienes seguían repitiendo que estaban honrados de estar aquí.

Su hermana parecía entablar una ligera conversación con Kim, pero no podía escuchar por el ruido y por la nula cercanía; sin embargo, el ponche hacia que no estuviera como un tonto sin hacer nada.

Cuánto quisiera poder acercarse al alfa y poder hablarle, quitando su timidez y solo hablarle de lo que sea, pero estar cerca de él aún cuando no sabía si este quería lo mismo.

Omega simpleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora