Y, mientras tanto, pienso en ti [Yoonmin]

... te extraño

Min Yoongi

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Una semana. Protestó para sí mismo. ¿No podía pasar más de una maldita semana sin pensar en él o extrañarlo?

Los días estaban pasando lento y eran tal vez más tortuosos que antes. Pero Yoongi lo atribuyó a su situación familiar que, como era usual, se iba a la mierda. Inconscientemente había buscado mantenerse ocupado para no pensar. Cocinaba todos los días, salía a correr, creaba nuevos samples y mixeaba música nueva (algo que no había hecho en años). Disfrutaba su tiempo solo como siempre lo había hecho, pero si dejaba espacios vacíos, sentía casi la premonición del desastre y debía ocuparse de inmediato... Tan comprometido en no detenerse estaba que incluso había terminado un libro bastante largo a la par que había comenzado a leer "De profundis". Sin embargo, eso último sólo lo deprimía más e inevitablemente, le recordaba a Jimin...

No podía saber mucho de él sin escribirle directamente. Había archivado y dejado en desuso todas sus redes desde el incidente en Busán. Ni siquiera tenía una foto de perfil... Y Yoongi no podía mentirse a sí mismo, estaba un poco preocupado. Desde que lo había vuelto a ver dos días atrás, le costaba más sacarlo de sus pensamientos. Cuando cocinaba se preguntaba si estaría comiendo bien. Veía algo nuevo y a su mente le daba por preguntarse qué opinaría Jimin al respecto. Incluso, cuando salía a correr, evitaba activamente las calles o lugares que frecuentaban y saltaba las canciones que habían escuchado juntos...

La distracción le cayó bien cuando Sun-hee sugirió que no podía vivir de la poca ropa que había sacado antes de huir del apartamento y que ella misma quería sacar las cajas que tenía ahí de una vez. Yoongi sintió que estaban planeando un atraco cuando se organizaron con un par de bolsas y mochilas para llevarse las cosas en el menor tiempo posible. Según Sun-hee, su padre había confirmado que el lugar estaba vacío durante la última parte de la tarde y que ella volvía ya muy noche o en la madrugada.

En el auto, Yoongi pensó que, al menos, no sería tan grave como volver a su casa en Daegu, o a lo que quedaba de ella... Se preguntó, por un momento, si habrían construido un edificio, otra casa o algo distinto en ese lugar... Había soñado que volvía en medio del fin del mundo. Había soñado con que el fuego era infinito e imposible de apagar y que él se había quedado dentro. En realidad, parte suya seguía en esa casa... se había ido con el piano de cola de la sala. Frenaron de golpe por un perrito que se atravesó en el camino y Yoongi se lo agradeció. Precisamente estaba dando todo de sí para no pensar...

Volvió al libro. Estaba en las cartas agregadas por la edición... Las cartas al amante, quien nunca las respondió. ¿Era él tan desgraciado como el tal Alfred Douglas?

"Creo que tu amor cuidará de mi vida. Si yo muriera, quiero que vivas una sosegada existencia en algún lugar, con flores, cuadros, libros y mucho trabajo. Intenta hacerme saber qué es de ti pronto..."

No pensar estaba siendo tan complicado.

Subió las escaleras hasta el apartamento como si nada. Recién en la puerta, sintió nervios. Dejó que Sun-hee entrara primero y al confirmarle que no había nadie, entró también. Fue directo a su habitación y comenzó a sacar su ropa de invierno para tirarla en las bolsas. Fue por su laptop y el cargador de la misma y los puso en su mochila vacía. Mientras pensaba qué más debía llevarse, miró las paredes... Las únicas dos cosas que tenía colgadas estaban rasgadas. Suspiró. Nunca debió poner nada. Guardó unos discos y álbumes que había conservado bien por si debía venderlos. Luego, volteó uno de sus muebles con algo de esfuerzo y sacó una caja de lápices de lata bien escondida en una abertura de la pared. Tenía cigarrillos viejos y algo de dinero ahorrado. Además de fotos viejas con su hermana. Las tomó. Vio una de su familia entera. Años antes de irse de Daegu, después de una de sus presentaciones más importantes. Había quemado intencionalmente el rostro de su progenitora la única noche que recordaba haber bebido demás... No sabía por qué la había conservado así.