Pensé que habías muerto

699 59 12
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





—¿En serio no recuerdas nada? —preguntó mirándolo con el ceño fruncido.

Esperaba a que fuese una broma estúpida o algo por el estilo pero era obvio que no puesto que el menor lo veía con una cara de confusión tan genuina que le rompía más de lo que ya estaba el corazón en miles de pedazitos si es que se era posible.

  — Es en serio, no recuerdo un carajo —se paso una mano por el cabello con nerviosismo —¿Hice algo estúpido? 

El nudo en la garganta del canario empezó a doler y mucho, simplemente negó levemente evitando mirarlo a los ojos.

— No hiciste nada, Gavi.

Ufff Gavi, sin apodo cariñoso sólo Gavi. 

Eso dejó confundido al menor que lo miro tratando de analizarlo.

— ¿Estás enfadado? —cuestionó estirando la mano para colocarlo sobre la pierna del canario y acariciarlo un poco.

Pedri se tensó ante el tacto.

— No...sólo estoy cansado...—trató de sonreír pero pareció más una mueca de desagrado que otra cosa.

— ¿Seguro? 

— Si...—apretó la mano del menor que se encontraba sobre su pierna.

Silencio.

— ¿Tú me has cambiado? —preguntó el menor tratando de romper el hielo. 

— Si...bueno...fue lo primero que encontré  —explico con simpleza.

Pablo alejó la mano y fue a abrazar al canario con dulzura dejando un suave beso en su hombro, dejandole una sensación agridulce en la garganta trato a duras penas de corresponder con una caricia en el codo del menor.

—¿Y si vemos una peli? —musito el menor — El Mister nos ha dado el día libre por el partido y las publicidades no las grabamos hasta mañana. En lo que resta del día podríamos pasarlo juntos.

Pedri suspiro cerrando los ojos con fuerza, su mente creaba excusa tras excusa, quería estar con Pablo pero necesitaba pensar en frío y tal vez llamar a su hermano o a su madre.

— Y-yo —se aclaró la garganta —...estoy muy cansado, creo que sólo voy a dormir. Tú entiendes ¿No? —se apresuró a agregar.

El menor se separo en cámara lenta, sintiendo un corazón palpitar en su cabeza como un martilleo insoportable.

— Oh...Vale —se aclaró la garganta y sonrió tímido.

— ¿No te molesta no?

Se deshizo de las sábanas, levantándose de aquella cama de forma rápida como si esta tuviese clavos que le han pinchado.

De Canarias A Sevilla {Gadri}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora