ʟɪᴛᴛʟᴇ ꜰᴏᴏᴛᴘʀɪɴᴛꜱ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ (G!P)

6

Chaeyoung y Mina recuperaron todo el tiempo perdido. Tuvieron todas las citas que hubiesen querido tener tiempo atrás, pasaron tiempo juntas con Haewon, la japonesa compartió todas las fotos y videos del embarazo y de cuando recién había nacido su pequeña hija.

A pesar de que Chaeyoung lamentaba no haber estado ahí para ella en esos momentos, juró que de ahora en adelante siempre podría contar con ella. La rubia se tomó bien en serio lo de ser madre, pues con el pasar del tiempo ahorró lo suficiente para comprar una buena casa para su familia.

─ ¿Ya puedo mirar, Chaeng? ─Preguntó Mina de forma risueña, con la manos de su pareja cubriendo sus ojos.

─ Ya casi, espera. ─Chaeyoung la guió unos pasos más adelante y, ya estando frente al lugar, sonrió satisfecha y lentamente quitó las manos de los ojos de Mina.─ Bien, admira nuestro nuevo gran hogar.

Mina abrió los ojos y quedó asombrada al ver la casa frente a ella. Era una hermosa vivienda con un amplio jardín, perfecta para que Haewon creciera jugando. Chaeyoung había elegido cuidadosamente cada detalle, desde la decoración hasta el espacio para que fuera un hogar acogedor.

─ Chaeyoung, esto es increíble. ¿Es nuestra casa? ─ preguntó Mina con una mezcla de sorpresa y emoción.

─ Sí, Mina. Es nuestro hogar, el lugar donde vamos a construir nuestra familia y hacer muchos recuerdos juntas. ─ respondió Chaeyoung con una sonrisa radiante.

Mina, con los ojos brillando, abrazó a Chaeyoung con fuerza.

─ Gracias, Chaeyoung. Es más de lo que había soñado. ─ confesó Mina, sintiendo una gratitud inmensa.

Haewon, de dos añitos y medio, correteaba por el jardín explorando su nuevo territorio. Chaeyoung y Mina se tomaron de la mano, observando a la pequeña con amor.

─ Quiero que Haewon crezca aquí, que tenga un montón de amigos en el vecindario y que siempre sepa lo amada que es. ─ dijo Chaeyoung, con los ojos brillando de determinación.

Mina asintió, sintiéndose conmovida. Ambas miraron a la pequeña Haewon corriendo y riendo alegremente. Chaeyoung sonrió enternecida.

─ Crece muy rápido, Minari ¿No puede quedarse pequeñita por siempre? ─Preguntó la rubia con los ojitos brillosos y apoyando la cabeza en el hombro de la nipona. Mina rió suavemente.

─ Crecer es parte de la vida, aunque seq duro... Tanto Haewon como tú y yo vamos a crecer juntas. Nosotras tres y... ─Mina acarició su vientre con una pequeña sonrisa. Con solo ver ese gesto, Chaeyoung abrió los ojos de par en par.

─ ¡No inventes, Mina! ¿Estás...?

─ Estoy embarazada, Chaeyoung. ─Completó la pregunta con una sonrisa radiante. La rubia la abrazó por la cintura y la giró en el aire.

─ ¡Mina, me haces la mujer más feliz del mundo! Tú y nuestros hermosos bebés. ─Chaeyoung besó rápidamente los labios de la nipona y luego bajó hasta la altura de su vientre, acariciándolo con cariño.─ Y tú, conejito o conejita. Aquí te estaremos esperando con ansias tus mamis y tu hermanita mayor... Recuerda no hacer enojar a mamá ¿Sí?

Mina acarició los cabellos de Chaeyoung y levantó una ceja, divertida.─ ¿Conejito?

─ Sí, conejito. ─Chaeyoung volvió a ponerse de pie y besó a Mina una vez más.─ O conejita.

El tiempo pasó rápidamente, y la nueva adición a la familia estaba a punto de llegar. Chaeyoung y Mina se prepararon con entusiasmo para dar la bienvenida a su segundo hijo. Haewon, emocionada por convertirse en hermana mayor, participó activamente en la preparación de la habitación del bebé y en la elección de nombres.

Finalmente, el día tan esperado llegó. En el hospital, Chaeyoung sostenía la mano de Mina con cariño mientras esperaban la llegada de su pequeño o pequeña. Las horas pasaron, y finalmente, los llantos de un bebé llenaron la habitación.

─ ¡Es una niña! ─ anunció la enfermera, sosteniendo a la recién nacida envuelta en una manta rosada.

Los ojos de Chaeyoung se llenaron de lágrimas de felicidad mientras Mina sonreía con amor. Haewon, parada al lado de sus mamás, observaba con asombro y alegría a su nueva hermanita.

─ Heejin. La llamaremos Heejin. ─decidió Mina, mirando a la pequeña con amor.

Con la llegada de Heejin, la familia se completó. Chaeyoung, Mina, Haewon y la recién llegada Heejin formaban un vínculo indestructible. Los días se llenaron de risas, desvelos y momentos familiares que atesorarían para siempre.

Sana, la tía cercana y amiga de Chaeyoung, seguía siendo una presencia constante en sus vidas. Visitaba la casa regularmente, llevando regalos y ayudando en lo que fuera necesario. Su complicidad con Haewon creció, convirtiéndose en la tía divertida y consentidora.

La familia creció en amor y complicidad. Chaeyoung y Mina aprendieron a equilibrar la vida profesional con la crianza, apoyándose mutuamente en cada paso. Haewon se convirtió en la hermana mayor dedicada, y Heejin, la pequeña que llenaba cada rincón de la casa con su alegría.

Los años pasaron, pero la esencia de su unión permaneció fuerte. La casa que Chaeyoung había elegido con tanto cuidado se llenó de recuerdos, risas y el inquebrantable lazo que unía a estas cuatro almas.

Y así, la familia Son-Myoui floreció, demostrando que el amor, la paciencia y la determinación podían superar cualquier obstáculo. Cada día era una nueva aventura, y juntas, enfrentaban el futuro con la certeza de que su amor construiría un camino sólido para las generaciones que vendrían después.

Para nosotros, simples expectadores de esta historia de un reencuentro inesperado, esta ha llegado a su fin, pero, para la linda familia que Mina y Chaeyoung estaban construyendo, eran las primeras de muchas páginas en su historia. Historia la cual sortearán juntas.

Podríamos decir que todo empezó siguiendo las pequeñas huellas de un romance fugaz que quedaron impresas en Haewon, el frutito de ese amor.

Fin ♡