CAPÍTULO XVIII

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Alice..

El dolor punzante no se iba de mi pecho, aunque al parecer, de mi mente sí. Jessy regresa con el vaso de agua, solo toma un sorbo. Mi intuición parece estar más despierta que nunca, pues siento que algo no está bien.

—  Jessy, ¿te importa si salgo un momento? Creo que necesito un poco de aire, así que daré un paseo por el pueblo.

Ella solo me mira pero, por supuesto, entiende mi situación. Y me deja salir.

—  Ve Alice, aquí te espero — me dice con una sonrisa.

Respondo con una sonrisa. Agarro las llaves del auto y salgo de su casa. Manejo por las calles de Duskwood, donde a lo lejos veo el cuerpo de una persona tirada en un callejón.

Por lo general, no me detengo a ayudarles, pues muchas veces no son buenas personas. Pero esta vez es diferente. Algo me dice que debo hacerlo.

El callejón está iluminado por unas lámparas de baja energía.

Pasó por él y escucho los quejidos de un hombre tirado en el piso. Al acercarme, reconocer al hombre, es Jake. Mi mente se llena de preocupación.

Corro hacia él, horrorizada, y grito:

— Jake. ¡Oh, por Dios! ¿Qué te pasó? — Le pregunto, con la voz llena de angustia.

Jake.

Siento que alguien se acerca y mi sentido de alerta se hace presente. Tal vez habrá regresado para golpearme hasta dejarme inconsciente. Pero, en ese momento, la voz de mi conejita me detiene.

— Alice.

— ¿Qué te pasó? — me dice ella, con la voz dulce y los ojos verdes llenos de lágrimas.

— Bueno, eso no es relevante ahora — dice mi conejita, mirándome con preocupación. — lo importante es curar esas heridas, puedes levantarte, aunque sea un poco, para que te apoyes en mí.

Asiento con la cabeza, ella me ayuda a levantarme ya paso lento, nos dirigimos al auto.

 Alice...

Estaba tan preocupada por él, tenía algunos golpes demasiado feos. Lo ayudo a subir al auto y lo dejo en los asientos de atrás. Me siento al volante y le pregunto:

— ¿Adónde ibas, Jake?

Con un tono débil, me dice:

— Con un amigo, conejita. Iba a tomar unas copas en el Aurora.

En el retrovisor, veo a Jake, pensando. No quiero molestarlo con preguntas. Todo lo que me importa es él, curarlo y cuidarlo hasta que se sienta mejor.

Acelera la velocidad. Algunos minutos después, llegamos a casa. Me bajo y vuelvo a ayudar a bajar. A paso, caminamos hasta la casa lento, donde lo acomodo en el sofá.

— Espérame aquí — le digo — voy por el botiquín para limpiar tus heridas.

Jake

Paso al lado de Alice y veo sus ojos verdes, con lágrimas a punto de salir de ellos. Sus hermosos ojos verdes. Nunca en mi vida alguien se había preocupado tanto por mí. Si miraba hacia los demás, con sus familias y seres queridos, su atención y su amor eran evidentes en sus miradas. Pero nunca lo había vivido en primera persona. Lo estaba experimentando ahora de la mano de Alice, mi ángel. Me estaba haciendo entender y sentir cosas que solo había visto en los desconocidos.

Ella regresa con el botiquín. Veo sus tiernos gestos mientras se colocan los guantes de látex. Se acerca a mí y no puedo dejar de mirarla. Veo cómo sus delicadas manos toman una gasa, la mete un pequeño vaso de agua y, con toques leves, limpia mis heridas.

ENAMORADA DE UN HACKER... (duskwood) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora