AGE AND LOVE? [TAKEMAI OMEGAVERSE]

1 vs 1

Durmieron plácidamente esa noche, tan bien como la anterior y al igual que aquella, no fue necesario el sexo para complementarse. Ambos luchaban contra sus instintos, los cuales les exigían unir sus cuerpos y almas pero su lado humano sólo quería disfrutar de la calidez de estar uno en los brazos del otro, durmiendo plácidamente, ya sin inquietud ni pesadillas horrorosas en la madrugada, ahora estaban juntos y ya nadie podría separar su destino.

- ¡Mikey levantaré de una vez!

- ¡Takemichi, levanta tu culo perezoso de la cama, no estamos en casa!

Kisaki y Draken a primera hora de la mañana los despertaron, dando fuertes golpes en la puerta y haciendo el mayor ruido posible, Izana y Hanma sonaban los claxos de las motocicletas a su alrededor y aunque los vecinos se quejaron, al ser ellos pues no es que les interese mucho.

- ¡Kenchin, haz silencio!

- ¡Levantense par de calenturientos!

Ya en la mesa del comedor, toda la familia Sano y parte de la familia Hanagaki se encontraba reunida tomando el desayuno, Takemichi tan sólo aceptó una taza de café de parte de Kisaki, quien con Hanma y Shinichiro  prepararon el desayuno. Salió fuera de la casa con su infaltable cajetilla de cigarros y una humeante taza de café en la mano, hacía frío y el café era perfecto para ese clima.

- Gracias Kisa.

Tomó uno de los cigarrillos en sus dedos y lo encendió luego de llevárselo a sus labios, inhalaba y exhalaba el humo como si fuera el más grande manjar del mundo y luego fueron dos cigarrillos consumidos y la taza vacía, se quedó observando el paisaje del que se apartó  siendo sólo un niño y el sentimiento de nostalgia y anhelo volvió a su pecho.

Sin darse cuenta, bajaba la guardia al estar en la casa Sano, en esa casa que era como su segundo hogar en su niñez, de donde tiene todos sus recuerdos de infancia, por fin puede volver a ella.

Un tercer cigarrillo se poso en sus labios, está vez su encendedor ya no funcionó a pesar de varios intentos.

- ¿Necesitas fuego?

- Shin...

- No digas algo estúpido, Alfa idiota. - Shinichiro encendió el cigarrillo de Takemichi y el que le ofreció Takemichi al llegar.

- ¿Estás de acuerdo con esto? Tengo 27 años y tu hermano 17, no importa si es mi destinado, es un niño y más a tus ojos. - su pregunta causaba un poco de incomodidad en el contrario, un poco de enojo y resentimiento intentaban exteriorisarse.

- A quien debes preguntarle es a Manjiro, ya casi es un adulto pero como dices, para mi es aún un niño, el bebé que llegó a casa en brazos de mí madre. Eres muy mayor para él. No me gusta verte tan cerca de él. No lo apruebo, pero, nuevamente, esa es una decisión que sólo el podrá tomar. Si decides quedarte a su lado, o dejar esta casa y nunca más volver, no importa que seas mi amigo, de igual forma voy a matarte.

- ¿Soy tu amigo? - asombrado de ser aún considerado así, susurró la pregunta, felíz de no haber perdido la amistad con Shinichiro.

- ¡Podrías dejar ese maldito defecto de sólo escuchar lo que te conviene! - protestó indignado Shinichiro. - Idiota.

- Estás conciente de quien soy y me insultas y amenazas de muerte, aún cuando es posible que ya me haya llevado a la mitad del país entre mis manos.

- No me importa, es mi deber cuidar a mis hermanos. - suspiró rendido - Takemichi Hanagaki, no toques a mi hermano hasta después de que sea un adulto, siempre puede cambiar de opinión y no quiero que uno de mis hermanos esté enlazado a alguien que no ama y no lo ama.