Las hijas buenas

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Sola
Pasan las horas...

(Sola – Mónica Naranjo)

Durmiendo contigo
Todo el sabor
Todo el perfume
Todo lo que ...

(Contigo – Rosana)

Hasta en sueños he creído tenerte devorándome
Y he mojado mis sábanas blancas recor...

(Ven Devórame Otra Vez - Azúcar Moreno)


- ¡Luisa! ¡Deja de mover la radio, me estás volviendo loca! María procedía a hundir bruscamente el botón de apagado. – ¡Me cago en tu puta madre, ve por tu carril! Le gritaba ahora a otro conductor por la ventana.

- Tía, ¡fue tu culpa! ¡Nos vas a matar antes de llegar! Le grité agarrándome del panel del automóvil, de la silla, del cinturón, de las asas. - ¡Este vejestorio no va a llegar entero si lo sigues tratando de esta manera! La vi meter el pie en el embrague con la delicadeza de un toro.

- Entre tus canciones de calentura del siglo pasado y estos gilipollas, ¡a mí es a la que le va a dar un soponcio! ¡Señora, está usted muy mayor para no cruzar por la cebra! Le gritó a la anciana a la que casi embiste.

- Pues fíjate tú que mi trabajo en la radio fue hace 10 años y no es mi culpa que todas las emisoras se hayan puesto de acuerdo hoy en tener una pésima programación. Resoplé y volví a encender la radio. Ella golpeteaba el volante esperando el cambio de rojo a verde.


Sé que es muy temprano
Y que voy sin frenos
Voy haciendo planes pa' recibir contigo año nuevo
Sé que es muy temprano
Pa' decir te quiero
Pero ya mis ojos te lo dijeron cuando te vieron

...

Sin Frenos – Kany García

Ahora sí le daba la razón. No me estaba ayudando para nada. Finalmente, el coche se detuvo. Dos portazos. Bajarse. Timbrar. Mi padre abrió la puerta. Se ganó dos abrazos de lo más simplón de nuestra parte. Le puse en el pecho, como si fuera un saco de boxeo, la bolsa con los recuerdos de París que Manuel y Marisol no les quisieron traer.

- Dudo que los pastelitos y bollos no se hubieran vinagrado con el ambiente en el coche. Le dije pasandolo para ir a saludar a mamá.

- En eso estoy de acuerdo con ella. Resaltó María mientras seguía detrás de mí.

- Mis hijas, tan amorosas ellas. Entre estas y los otros tontos llamándonos Marcelino y Manolita, nos sentimos orgullosos de ser vuestros padres. Dijo haciéndole mala cara a los destruidos manjares.

- Niñas, Manuel y Marisol nos contaron algunas cosillas sobre el viaje, pero anda, almorcemos primero y luego escuchamos sus versiones. Dijo mamá con una sonrisa de conciliadora familiar que no podía con ella.

En ese momento aparecieron los susodichos y tomaron asiento en la mesa.

- ¿No van a ayudar a servir? Les señalé la cocina, por donde justo se habían ido nuestros padres.

- ¿Por qué no lo hacen ustedes? Tienen manos. Dijo Manuel con la boca llena de pan con jamón.

- Nosotras no vivimos con ellos, ¡somos las invitadas! Les reclamó María abriendo los ojos de manera intimidante.

- ¿Y a esta tía que le pasa? Marisol se había acercado a mí y me preguntaba cubriendo la boca con la mano a modo de secreto.

- Un par de canciones malas y le dio un grave caso de furia al volante. No hice ningún intento por esconder mi comentario.

Deséame SuerteWhere stories live. Discover now