Las palabras vuelan

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Gabriela era en estos momentos la directora del Sekadero. Hace años la había entrevistado cuando su proyecto de microteatro apenas estaba surgiendo y congeniamos. Cuando estaba en Madrid siempre me abría un espacio y nos íbamos a comer churros con chocolate. Dando gracias que entre las mujeres puede haber amistad sin deseo; sí, ya sé que estaban armando sus teorías de que es mi ex. En todo caso, le había enviado un reel de la última pieza de Les Mots Volent. Cada que visitaba a Amelia aprendía cómo funcionaban sus procesos: Hacían 4 obras en el año y las iban variando. No tenían un teatro fijo, aunque buscaban que los contrataran como mínimo por 2 o tres semanas, lo que les daba ventana de irse de gira cuando quisieran. Eso también explicaba que nos pudiéramos quedar disfrutándonos tantos días en su casa.

De hecho, el reel lo había compartido con cuanto contacto tenía en el mundo del teatro, lo mismo habían hecho el amigo de Benigna, y Lorenzo, el amigo de María. Después de la contratación De La Vega siguió la semana en "La Nave" y nos dimos cuenta que, no sabíamos si por el recelo o la envidia, el grupo de Amelia se había vuelto muy nombrado en ciertos espacios. Al menos, era lo que me hacían saber mis conocidos. Igual, tenía que respetar que a Amelia no le gustaba cierto tipo de publicidad y solo buscaba almas afines. ¿Sabía Amelia lo que estaba haciendo? No. En mi defensa, también lo estábamos haciendo con el espectáculo de Patricia, ¡Para algo tenían que servir mis hermanos! Patricia dejó sus apariciones en El Escorpio al volverse el show principal en un hotel.

- Luisita, gano menos, pero tengo más tranquilidad. Si te soy honesta, es reconfortante tener un público igual de pervertido al otro, sin embargo, estos sí tienen que pretender sanidad.

Las carcajadas de Patricia me hacían ahogar cada que me contaba algún incidente con un huésped.

Perdón, me fui por las ramas. Volviendo a lo que nos atañe: Amelia, todo el tiempo Amelia.

Gabriela se interesó en su grupo, nosotros íbamos al festival. ¡Nadie se puede pelear con el azar! Nadie, excepto Amelia.


El día comienza
Apenas estoy despierta
Y vuelvo a pensar en ti
Y mientras me arreglo
Me peino frente al espejo
Y vuelvo a pensar en ti

Ahora y siempre
En mi corazón estas te amaré
Contigo por siempre
Y no me separaran más de ti
Ahora y siempre
Ya no puedo concebir que es vivir
Si tú no estás cerca de mí

...

Vuelvo a pensar en ti – Presuntos Implicados


No me habló en la semana y ahora era yo la que no le quería hablar. Uno que otro mensaje preguntándole sobre su gran comida con la Sánchez y ella sobre mi ruta de eventos y nada más. Era extraño estar en la misma ciudad, planear tanto para ni siquiera estar compartiendo habitación porque cada una estaba a merced de sus compromisos.

- Luisa, por fin ibas a dejar el rumbo de las solteronas y lo tiras al caño. Me decía María entre la algarabía de las estrellas de Hollywood en sus grandes estrenos y nosotros, los "don nadie", apañándose un puesto entre ellos.

- No he tirado nada al caño, estoy respetando sus tiempos, que son bien raros, ya te digo yo. Manuel, ¡este no era el día para disfrazarse de David Bowie! Y la otra va de Morticia. ¿Por qué no hay alguno medianamente cuerdo en esta familia!

- No has visto las fachas de Federico y Mateo. Menos mal Marina, Patricia y Maruxa se vinieron en modo cacería y apuntaron por dejar bocas babeando. Las utilizaremos como señuelo mientras hacemos agachar a los espantapájaros.

Deséame SuerteWhere stories live. Discover now