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Hacer eso se sintió como tocar el paraíso con la yema de los dedos, hacer eso me hizo sentir demasiado calmado, en paz, finalmente la besé. No me pude contener.
Me separé unos milímetros de su rostro, tenía sus bellos ojos como dos cristales a punto de quebrarse; lágrimas amenazaban con salir. La comisura de sus labios estaban hacia abajo, una mueca al parecer triste, pero ¿y qué? ya estoy en el momento, tengo que disfrutarlo. Todo el cuerpo de _____ me ha de pertenecer, es la recompensa del esfuerzo que hice de haber eliminado a Suichi he de suponer.
— Kokichi... basta. Déjame. — Murmuró demasiado bajo. Parpadeé dos veces rápidamente, algo en mi pecho y cabeza decía que me detuviera. Algo malo estaba pasando en mi cuerpo. — No me hagas nada... por favor, vete.
Algo me hizo recordar su rostro, algo me hizo reaccionar. Estoy haciendo algo muy malo, algo que...
— ______... — Su nombre salió por sí solo de mis labios cuando me estaba alejando de ella. Con sus brazos, delicadamente se cubrió el pecho formando una "x" con los mismos. Mi corazón se estrujó al verla hacer eso.
Ella había empezado a llorar, opté por acariciar su cabello. Estaba temblando demasiado y yo también.
Las dudas empezaron a llenar mi mente, ¿me odiará? ¿ya no me va a ver igual? ¿va a abandonarme? ¡no! no puede abandonarme... no. Ella no puede hacer eso.
— Kokichi... vete de mi casa, por favor. No quiero verte ahora.
Me quedé en silencio ante su petición, la miraba fijamente como si eso pudiera cambiar su orden. Tragué saliva, y antes de decir cualquier palabra ella interrumpió.
— ¿Te tengo que repetir las cosas? Ya veo, eres un idiota. No captas a la primera que te dicen.
Senti un nudo en la garganta, pero yo veía en sus ojos que únicamente estaba a la defensiva. Me tiré al suelo y abracé sus pies, rogando que por favor no me dejara, que no me abandonara.
— ¡______, por favor perdóname! Hazme lo que quieras para que te puedas desquitar conmigo, por favor, pero no me abandones, no me dejes, eres la única persona que me ha querido como tú lo haces! — Hablé con el corazón. A cambio de eso recibí una patada en la nariz la cual me hizo sangrar bastante pero no me quité, demostrando mi devoción hacia ella.
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