(Aviso, contienen Gore. No lo lean si no quieren)
El amor es complicado..
Eso dicen muchos, pues, incluso las escorias, las peores personas, las más malas, también pueden enamorarse y amar. Aunque de forma enfermiza, pueden sentir esa emoción que a veces relacionamos como algo muy humano.
Para está familia, el amor, era el pan de cada día.
Cellbit, es un hombre de gustos exquisitos. Eso se notaba en el hogar, y en especial, a su pareja, Roier.
Verlos a ambos, era como ver a la belleza misma, eran una pareja de guapos. Nadie lo dudaba, pero resulta, que estos "angeles" tenían un pequeño problema.
Adoraban matar... Y sus hijos también.
Siendo Bobby el mayor, Richas el hijo medio, y Pepito, el niño más reciente de la familia.
La procedencia de los niño, eran por las víctimas de sus padres. Habían matado a una mujer embarazada. No es que lo hicieran a sabiendas, es que sus víctimas que escogieron, tenían embarazos fuera del útero.
(No recuerdo cómo se dice, lo escribo con medio sueño en mi cabeza XD)
Era una familia bonita, llena de amor, pero sobre todo, se apoyaban mutuamente.
- pásame el serrucho
- toma gatinho
Roier miraba a su esposo cortar el hueso de uno de los muslos del hombre sobre su mesa.
Adoraba verlo con al sangre sobre su brazos desnudos, esa mirada como si fuese un cirujano pero a la vez asesina, el sudor mezclarse con la sangre ajena y sobre todo, escuchar los gritos de desesperación del hombre que apenas podía entender cómo incluso unos niños se reían de su situación.
Bobby y Richas miraban desde la sala, con gracia se burlaban de la cara de horror de aquel hombre. Y Pepito, el bebé, solo dormida plácidamente en los brazos de Bobby.
- guapito... Es hora de callarlo... - se giro a a ver su esposo, el cuál asintió casi de inmediato.
Roier, cambio su semblante a uno más serio, miro en dirección a los niños y cerró la puerta.
Los gritos de aquel hombre, fueron cesados un minuto después.
Los niños simplemente continuaron viendo la televisión, mirando al nuevo miembro de la familia.
Richas, con cuidado alzó la mirada sobre el sofá, mirando a la mujer de la cuál había salido Pepito. Apenas estaba consiente, pero su mirada sobre ellos era casi de miedo. La placenta estaba en el suelo, junto a la sangre que cubría una buena parte alrededor de la mujer.
- Não vou limpar isso, Bobby...
- ni yo wey...
- Deixe o Pepito fazer isso, no final ela é a mãe dele
- pero el pepiux apenas sabe caminar
- É certo
Cellbit fue el primero en salir de la cocina, y una gran sonrisa se poso en sus labios.
- O que você quer comer hoje?
- carne
El mayor se sentó a lado de sus hijos, y miro al bebé. Le recordó por un momento la vez que mataron a la madre de Bobby. Esa vez fue un accidente, era amiga de Roier, pero no podían dejarla ir cuando vio el cadáver. Era un monstruo, pero tampoco tanto.
Luego, la chica de Brasil que coqueteo con él. Roier se puso tan celoso, que cuando puso un solo pie en la casa, Roier no espero más para deformar la cara de la chica con un martillo. De solo pensarlo lo hacía sonrojarse.
Tomo a Pepito, y lo cargo con sumo cuidado. Lo arrullo, cantando casi en susurro. Mientras los niños se acomodaban a su alrededor, acostándose y casi quedando dormidos.
Hasta que Roier salió de la cocina, casi empapado de sangre.
- verga, huelo a sangre hasta por el culo... Ya me parezco a richarlyson
- Foda-se pai !!!! - se quejo el mencionado.
Bobby río al igual que Cellbit.
- bueno, pues, ya guarde la carne en el refrigerador... Lo demás en la bolsa... Llenaré el tambor con ácido... Ahora vuelvo... Chicos..
- si si si... Ya sabemos, ropas con sangre al bote..- se quejo Bobby.
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Pasaron unos años, donde la familia, pasaba de lugar en lugar, jugando a ser la familia perfecta de un matrimonio gay.
Siendo un ejemplo a seguir en varios pueblos, conocida por ser amables, con niños de buena educación.
Eran todo lo que las demás familias pedían y querían ser.
Solo que, su detalle con el gusto por la carne humana ..... No creo que fuese algo que querían aquellas familias.
Si, era una familia.
Una familia perfecta
