El Vínculo entre el Maestro Oscuro y la Flor Escarlata (6)

95 14 4
                                    



Atravesaron un viaje teñido por sombras y enigmas, llegando finalmente a una aldea ninja que se hallaba sumida en ruinas. El eco de antiguas hazañas resonaba entre las estructuras desmoronadas, y el viento soplaba secretos sepultados en el polvo del olvido. Hanabi, con ojos que destilaban curiosidad mezclada con un toque de temor, fijó su mirada en Hanzo, anhelando respuestas en medio de la desolación.

"Hanzo, ¿fueron tus manos las que desataron esta tragedia?", inquirió Hanabi, sus palabras danzando en el denso aire como mariposas inquietas en un campo de tristeza.

Con la serenidad de un invierno implacable, Hanzo reconoció su participación en la danza mortal que había sumido a la aldea en silencio. "Cada sombra que se extiende aquí es fruto de mi espada, Hanabi. Ninja con ideales y habilidades, todos han sucumbido ante mi voluntad", declaró, sus palabras cortando el aire como hojas afiladas de acero.

Hanabi, sintiendo el peso de la verdad, observó cómo Hanzo revelaba una extraña humanidad al omitir a los más vulnerables en su cruel danza. Niños, esposas, ancianos... sus vidas fueron respetadas. En ese instante, un destello de comprensión iluminó los ojos de Hanabi, como una luz titilante en la penumbra de la desolación.

A pesar del horror circundante, comenzaron su entrenamiento en ese campo de desesperación. Hanabi, en sus movimientos, manifestaba una mezcla de repulsión y atracción hacia su maestro. Cada toque desataba una electricidad invisible que recorría su piel, desafiando la lógica y confundiendo su corazón.

En la penumbra de la aldea desolada, los días se entrelazaban con la oscuridad de los secretos y la creciente fascinación de Hanabi por Hanzo. Como si estuviera siendo arrastrada por una corriente invisible, comenzó a sentirse inquieta en su presencia, una inquietud que resonaba en su ser cada vez que sus ojos se encontraban.

El entrenamiento evolucionó en una danza entre la vida y la muerte, entre la realidad y la seducción, durante los dos años que permanecieron en la aldea olvidada. Hanzo, con movimientos mortales y elegantes, guiaba a Hanabi a los rincones más oscuros de las artes prohibidas del ninjutsu. En medio de esa danza, algo más florecía en el corazón de Hanabi: un sutil síndrome de Estocolmo, un vínculo extraño entre la cautiva y su carcelero.

Las noches transcurrían con el misterio de la aldea olvidada, donde las sombras tejían historias de secretos ocultos y entrenamientos en la penumbra. Hanzo, el maestro de la oscuridad, se encontraba enfrentando cuestionamientos internos inusuales. Hanabi, su aprendiz, había logrado penetrar las barreras de su indiferencia, sorprendiéndolo al descubrir que disfrutaba de su presencia.

En las noches silenciosas, Hanzo observaba en silencio cómo Hanabi se entregaba a la práctica de las artes prohibidas. La admiraba cuando levantaba la mirada para perderse en el resplandor de las estrellas, encontrando en ese gesto un atisbo de belleza en medio de la oscuridad. Incluso la hallaba adorable y graciosa cuando la veía desahogar sus frustraciones en soliloquios y rabias silenciosas. Cada uno de esos momentos era para él un recordatorio de la necesidad de buscar más poder, de dejar atrás las ataduras de su humanidad.

En una de esas noches, en una estancia típicamente japonesa con su suelo de madera y objetos tradicionales, Hanzo y Hanabi compartieron un instante de pausa. La luz tenue de una lámpara de papel iluminaba sus rostros mientras se sentaban en el suelo, rodeados por el aroma del té que emanaba de la tetera.

Fue entonces que Hanabi rompió el silencio con un susurro lleno de nostalgia y tristeza. "Esta aldea me recuerda a mi hogar, pero su soledad despierta en mí sentimientos melancólicos".

Hanzo, mirando fijamente la taza de té entre sus manos, respondió con una sinceridad que pocas veces se permitía. "Te acostumbras a estar sola. Aún me resulta extraño que me acompañes a todas partes, pero debo admitir que, a tu manera, has mejorado considerablemente".

Destino Entrelazado en Sombras MLBBWhere stories live. Discover now