Capitulo 30 "Nuevamente"

23 4 0
                                    

T/n Miller

Me desperté sintiéndome un tanto fatigada, aunque tenía ganas de seguir durmiendo. Sin embargo, me comprometí a adoptar mejores decisiones y hábitos, entre ellos levantarme temprano para dar un paseo y despejar mi mente. Esta nueva rutina era algo que deseaba que perdurara.

Seleccioné ropa cómoda de mi armario mientras me preparaba para vestirme. Aunque no era especialmente temprano, el sol brillaba con intensidad. Estaba completamente segura de que ninguno de mis amigos estaría despierto a esta hora, lo cual era perfecto para mí. Necesitaba este momento para respirar, aunque la presencia de Daniel lo hacía un poco más complicado.

Agrupé mi cabello en una coleta, aunque me resultaba incómodo, era la única forma de mantenerlo en orden. Descendí las escaleras para confirmar que mi predicción era acertada; todo estaba tranquilo y sin rastro de mis amigos, a pesar de que Kim solía levantarse temprano.

Salí de casa, permitiendo que el aire frío acariciara mi rostro; las mañanas siempre eran más frescas. Froté mis manos en un intento de ganar algo de calor, aunque tal vez no fue la mejor idea. Comencé a trotar por todo el parque, sintiendo más frío de lo habitual. Ignoré por completo el clima y seguí trotando; en algún momento, me di cuenta de que me había perdido en mis propios pensamientos, como suele suceder.

Continué trotando, observando mi entorno sin comprender cómo no había chocado con nada en estos minutos; era pura suerte. De repente, tropecé con alguien y me quedé en silencio, lamentando haber dicho algo en primer lugar. Me levanté con la ayuda de la mano que se me ofreció, expresando mi gratitud con una sonrisa. Sin embargo, todo se desmoronó al ver quién era. Mi corazón, que había estado tranquilo toda la mañana, empezó a latir descontroladamente, mi respiración se volvió caótica y mis manos temblaban, ya fuera por el frío o por la persona frente a mí.

Examiné a la persona detenidamente, notando la familiaridad en sus ojos, la sonrisa y esos mismos lunares. Lo único que lo distinguía era su cabello, ahora más largo que la última vez que lo había visto.

- ¿T/n? - Pregunto sorprendido por verme, creo que no se lo esperaba.

Me quedo unos segundos en silencio; mi voz se habia quedado atascada en mi garganta.

- A-Aidan - Estaba estática por su presencia.

- ¿Pensé que no volverias?

Mi pecho subía y bajaba de una manera demasiado fuerte; estaba segura de que en cualquier momento mi corazon se saldría de mi pecho. No contesto nada más, simplemente hago lo único que se me ocurre: correr.

Empiezo a correr en dirección a mi casa, resistiéndome a voltear hacia atrás. ¿Cómo pude ser tan estúpida como para salie corriedo? Mi impresión al verlo fue como puro terror, pero vamos, era obvio que algun momento lo encontraría; literalmente, era mi vecino. Intento respirar mientras abro la puerta de mi casa, pasando y sintiéndome demasiado agitada. No se si es por haber corrido o por haberlo visto.

Cierro la puerta detrás de mí y comienzo a sentir agua en mis ojos; estaba llorando y ni siquiera me había dado cuenta. Mi corazon se habia sentido pequeño al verlo, al darme cuenta de que todavía causaba demasiadas emociones en mí. ¿Cómo podía olvidar a alguien tan rapido? Aunque me costara admitirlo, aún lo quería.

Me deslizo por la puerta, quedando sentada. Abrazo mis rodillas, dejando que mis emociones fluyan; queria llorar. Me quedo sentada, escondiendo mi cara entre mis rodillas, abrazándolas demasiado fuerte, como si eso dependiera mi vida. No iba a negar un sentimiento que estaba dentro de mi; ya había aprendido la leccion.

Escucho unos pasos en las escaleras para oir la voz de mi amigo.

- ¿T/n?, ¿Que te paso?, ¿Estas bien? - Se acerca a mi, poniendo su mano en mi espalda en forma de apoyo.

ENAMORADA DEL CHICO DE LOS OJOS VERDESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora