Cap. 1

26 4 17
                                    

Harry

El mundo es una mierda.

¿Qué? ¿Esperaban que comenzara con alguna cursilería o algún poema? Estan leyendo mi historia, entonces la verás con mis propios ojos y en mis propios zapatos.

Les explico. Justamente ahora estoy en dirección. ¿La razón? Un idiota me quiso golpear y se partió la quijada porque lo esquivé, se resbaló, y se fue de boca contra un asiento del patio. Y nuestros asientos son de cemento. Admito que me reí como nunca.

En ese momento cuando él estaba llorando en el suelo como todo un bebé, llegaron los profesores. Solo imagínense la situación. El wey era popular, yo soy el nuevo, nadie me conocía, él estaba llorando y yo me estaba riendo. No terminó muy bien para mí que digamos.

Para completar el asunto, el chamo decidió que era una increíble idea decir que lo había tratado de golpear sin razón alguna y lo había lanzado contra el asiento. Lo dijo entre llanto y con la mandíbula colgando como si fuera una muppet. Obviamente, ¿Adivinan a quien llamaron a detención? Exacto, a mi. Al otro solo lo llevaron al hospital mientras todo mundo escuchaba como un profesor bajito y con lentes que parecía Dubby el elfo, me estaba gritando.

Maldita sea. Es mi primer día y me pasa algo así. ¡Gracias Diosito!

Creo que deberías presentarte al menos.

¿Para qué o qué?

Pues para que te conozcan, genio.

Bueno, bueno. Mi nombre es Harry Parker, y soy el ser humano más odiado por el destino. Todo mi mundo era un torbellino de caos y dolor mezclados en una licuadora oxidada en dónde antes habían licuado semillas de manzana repletas de cianuro.

Dios mío, pero cualquiera creería que tu vida es horrible.

Es que lo es.

Recapitulemos.

Nací, de por si, en un hogar disfuncional. Mi querido progenitor, el cual donó el esperma necesario para mí creación, fue también el idiota que abandonó a mi madre apenas yo era un cigoto en su vientre.

Mi madre es la única mujer de sus hermanos, y la menor también. Estaba empezando la universidad cuando salió embarazada de mi. Estudiaba medicina, y era muy buena por lo que sé, y por mi culpa había abandonado la carrera.

No tenía tanto dinero como para continuar y criarme.

Empezó a trabajar mesera en algunos restaurantes y le fue bien, eso le permitió pagar una casa lo suficientemente apta como para que viviéramos nosotros dos.

Mi madre es un amor, no tengo quejas de ella, solo buenos momentos en mi memoria. Ella era un ángel, una mujer demasiado buena como para existir en este mundo tan cruel.

Ella siempre me enseñó a ser amable con los demás, a ayudarlos siempre que podía. Trato de criarme en el camino del bien y lo logro. Hoy en día puedo decir que no soy alguien que tome todos los días, o que haya probado drogas, o incluso que me haya tatuado. Soy un niño de Dios.

Tampoco exageres.

Seguramente dirán, ¿Por qué, entonces, digo que mi vida es un desastre? Pues todo inicio cuando tenía más o menos cuando era un pequeño niño.

Mi prima Stella y yo siempre nos llevamos bien. Mi mamá me llevaba a la casa de mi tío Michael para jugar con ella, y hacíamos todo juntos. Una de las razones de esta unión tan fraternal era un gusto en común.

La música.

Lo que era mi hermana, Stella y yo habíamos nacido con la música en nuestras venas. Habíamos aprendido a tocar instrumentos desde muy temprano y compartíamos canciones cada vez que nos veíamos.

Eres el Sol de mi VidaWhere stories live. Discover now