parte 9.2

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Mientras tanto, Helena llevaba ya tomando más ponche de lo usual, en un intentó de olvidar la actitud de Mingi.

- Ojalá supieras bailar.- le dijo a San con voz ligeramente torpe. El alcohol hahía hecho su efecto, se sentía muy relajada.

- Bueno, supongo qué podría intentarlo.- dijo él, dejando su vaso en la mesa.- ¿Quieres intentarlo?, el ponche me está haciendo sentir bastante extrovertido.

- ¿De verdad?, estupendo, ¡vamos!.- dijo ella, un poco más animada.

Helena lo tomó de la mano, lo Ilevó hasta la pista de baile, y una vez allí lo hizo poner sus manos en su cintura, y ella colocó las suyas en los hombros de él.

Helena empezó a enseñarle los pasos básicos al cabo de un rato, San estaba empezando a agarrarle el ritmo, le sonrió a la joven atrayéndola hacia él.

Helena apoyó la mejilla en su pecho y cerró los ojos, siguiendo el compás de la música.

'Al diabio con Mingi', se dijo.

- ¿Te diviertes, Helena?.- inquirió de pronto una amiga de su madre, pasando junto a ellos con su marido.

- Oh, si señora Lee.- contestó ella amable y educadamente.- Esperó que ustedes también lo estén pasando muy bien.

- Está siendo una fiesta encantadora, querida.- respondió la mujer.- Por cierto, me he fijado en qué Mingi ha venido muy bien acompañado.- añadió con una sonrisa maliciosa.- Aun que cualquiera diría qué está utilizando a su acompañante para escudarse de ti

Helena se sonrojo irritada y algo molesta.

Estaba acostumbrada a que los amigos y familiares la molestarán por su encaprichamiento con Mingi, pero precisamente por lo deprimida qué se sentía aquélla noche ése comentario la pilló desprevenida.

- ¿Para escudarse de mí?.- musitó, forzando una sonrisa a duras penas.

- Bueno, es que hacía mucho qué no se le veía saliendo con alguien. Debe estar realmente desesperado si ha llegado a recurrir a un antiguo romance para alejarte.- comentó la señora Lee riéndose.

Helena se apartó de San, y regresó a la mesa de les aperitivos, dejando a la mujer boquiabierta.

- ¿Qué es lo que te ha molestado tanto?.- le espetó San, qué la había seguido.- No es ningún secreto qué llevas años enamorada de Mingi.

- Pues ya no lo estoy.- mintió apretando los puños.

- Bueno, pues entonces... ¿Por qué dejas que te hieran los comentarios de la gente?. Además, me tienes a mí.- dijo pasándole un brazo por la cintura.

Helena lo miró con ironía. Cada vez que pasaba una mujer bonita por su lado, podia ver cómo los ojos de San se ihan detrás de ella. Era un donjuan, le mirase por dónde lo mirase.

- Pero es qué la señora Lee parecía estar sugiriendo que él está un poco traumatizado, cómo si yo lo hubiese estado acosando.- insistió Helena frenética.

- Bueno, no dejes qué te preocupen los chismes. Yo llevo semanas ignorándolos.- Helena echó la cabeza hacia atrás sobresaltada.

- ¿Qué chismes?.- balbució.

Él se encogió de hombros y esbozó una pequeña sonrisa.

- Bueno, se dice qué últimamente habías estado persiguiendo a Mingi por toda la ciudad. Qué habías tenido encuentros casuales que no lo eran en realidad, que te habías presentado a fiestas a las que él estaba, esa clase de cosas. Dicen que Mingi no podía dar dos pasos sin toparse contigo.- explicó, mordiéndose el labio inferior al leer la angustia en el rostro de Helena.- Pero a mí me pareció gracioso.- añadió para aligerar el asunto.


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Gracias por leer esta historia ♡.

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Perfecta Para Él // Song Mingi Where stories live. Discover now