Capitulo 3

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Casi dos meses habían pasado desde que comenzó el rodaje, y el equipo de producción estaba sumergido en un ambiente creativo. Eleonor desempeñaba su papel como ayudante de su padre, y se había convertido en un pilar fundamental para el éxito de la filmación.

Durante este tiempo, Eleonor había demostrado su valía al ayudar en todas las tareas necesarias. Desde el maquillaje y la vestimenta hasta brindar consejos y apoyo emocional, ella estaba siempre dispuesta a colaborar en lo que fuera necesario. El equipo de producción y los actores apreciaban enormemente su presencia y habilidades, y encontraban en ella una aliada incondicional.

Eleonor se había vuelto cercana a varios miembros del elenco, entre ellos Agustín, Matías, Blas, Francisco, Paula, Alfonsina y, por supuesto, Enzo. Aunque se llevaba bien con todos, había tenido la oportunidad de compartir momentos más íntimos y significativos con ellos.

La cercanía y química entre Eleonor y Enzo, las miradas y gestos entre ellos no pasaban desapercibidas para el equipo de producción y los demás actores. Su padre observaban con alegría cómo se apoyaban mutuamente y cómo disfrutaban de su compañía. Eleonor se sentía feliz de poder ayudarles y de haber forjado una conexión especial con cada uno de ellos. Admiraba su talento y disfrutaba viéndolos actuar, lo que reforzaba su pasión por el cine.

Ahora, en Sierra Nevada, España, donde el clima era frío, Eleonor se abrigaba para soportar las bajas temperaturas mientras trabajaba. Cuando su padre no la necesitaba, buscaba refugio en los compartimentos cálidos, siempre y cuando no estuvieran ocupados por los demás chicos. En esos momentos de soledad relativa, Eleonor aprovechaba para reflexionar sobre sus sentimientos hacia Enzo. La conexión especial que habían desarrollado no podía ignorarse, pero también sentía cierta aprensión. No quería poner en riesgo su amistad ni complicar las dinámicas del equipo de producción.

El sonido del "¡Corte!" resonó en el set, marcando el final de otro día agotador de rodaje. Eleonor salió de su compartimento y, al recorrer el set, vio a distintos grupos de actores descansando y celebrando. A unos metros, divisó a Enzo, Matías, Agustín y Blas, todos reunidos contra una pared con sus frazadas polares. Con botellas de agua y toallitas húmedas en mano, Eleonor se acercó al grupo.

— ¡Hola, chicos! ¿Cómo están? —saludó Eleonor.

— ¡Mejor ahora que llegaste! —respondió Matías con una sonrisa.

— ¿Traes alguna poción mágica para curar nuestro agotamiento? —bromeó Agustín.

— No, pero tengo algo mejor. —Eleonor entregó botellas de agua y toallitas—. Para refrescar y limpiar un poco.

Los chicos agradecieron con sonrisas cansadas, pero Blas la miró con particular gratitud.

— Gracias, Eleonor. Eres un ángel —expresó Blas sinceramente.

— Solo quiero asegurarme de que estén cómodos. —Eleonor sonrió—. Además, eres como mi hermanito menor, ¿cómo no voy a cuidar de ti?

Enzo, notando que Eleonor se frotaba los brazos, abrió su frazada y la invitó a unirse al grupo.

— Ven, siéntate aquí a mi lado. Te mantendré abrigada.

— ¡Oye, Enzo, se te nota mucho que querías sentarte junto a Eleonor!—dijo riendo Matias

—  Sí, Enzo, no puedes esconderlo.—agrego Agustin

Matias, Agustin y Blas se miraron con complicidad mientras Eleonor, nerviosa pero encantada, se sentaba junto a Enzo. Este compartió la frazada, acercándola y rodeándola con su brazo. La risa y la alegría llenaron el pequeño espacio, y Alfonsina se unió al grupo riendo al ver a Enzo y Eleonor tan cercanos.

El hilo del destino(enzo Vogrincic)Where stories live. Discover now