Capítulo ll: Mariposas y talismanes.

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Lan Wangji está enfermo y él lo sabía y no estaba en conflicto con ello, había una lista muy limitada de personas que conocían su estado y además de su tío y el consejo de ancianos de la secta, Lan Jia era la única además de estos en saberlo, Lan ...

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Lan Wangji está enfermo y él lo sabía y no estaba en conflicto con ello, había una lista muy limitada de personas que conocían su estado y además de su tío y el consejo de ancianos de la secta, Lan Jia era la única además de estos en saberlo, Lan Jia era su médico personal, la mujer llegaba todas la mañanas a las ocho en punto para empezar a cuidarlo y atenderlo, como si él no pudiera siquiera hacer algo tan simple como peinarse o asearse, ésta ha sido su rutina durante aproximadamente dieciséis largos años.

Se compadece de Lan Jia quien esta igual de atrapada que él en su pequeña prisión que lo límita del exterior, aunque su tío Qiren prefiere llamarlo Reclusión, Lan Wangji sospecha que prefiere llamarlo de esa manera para no decir que estaba bajo confinamiento indefinido.

– Buenos días Wangji, felicidades por tu decimoctavo cumpleaños - Lan Jia entró al Jinshi después de pasar por la sala de purificación - ¿Como fue tu día?.

Lan Wangji la miró unos segundos y asintió a su saludo para responder un corto – Sin incidentes.

Lan Jia soltó una liguera risa airada, no esperaba más que un "Mhnn" pero siempre era gracioso ver a Lan Wangji intentando formular oraciones para no sonar muy rígido.

– Para tí - Lan Jia saco de su bolsa Qian kun un pequeño libro con tapa dura y al parecer de una muy buena calidad, el diseño era bastante abstracto y de colores llamativos pero muy hermoso - De mi ciudad natal.

– Yunmeng - afirmó Lan Wangji que conocía muy bien a la mujer mientras era guiado hacía la pequeña sala médica personal para su revisión diaria.

– Si, es la historia del Dios conejo, es muy famoso en Yunmeng así que viajé ayer para conseguirte uno - Lan Wangji se quedó sin palabras, apreciaba mucho a la mujer pues ella también lo quería y trataba muy bien.

– Gracias - fue lo único que pudo formular mientras se aferraba a su nuevo libro.

El día de Lan Wangji transcurrió con normalidad, con la normalidad de todos los días de su vida y como siempre siguió su rutina nocturna de deshacerse de su peinado, su ornamenta y cepillar su cabello azabache, esta vez estaba haciendo esto sin de...

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El día de Lan Wangji transcurrió con normalidad, con la normalidad de todos los días de su vida y como siempre siguió su rutina nocturna de deshacerse de su peinado, su ornamenta y cepillar su cabello azabache, esta vez estaba haciendo esto sin dejar de leer su libro, lo había encontrado demasiado interesante mientras hacía su lectura de la tarde y no lo había podido ni soltar.

No Me Tienes Que Salvar | XianwangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora