Capitulo 39: Un recordatorio necesario

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Iluminando por el amanecer naranja, un nuevo día inicio para una pequeña planta de pétalos rosas, empezando su monótona vida, lista para recibir la luz del día. Pero esta le fue arrebatada, pues el cielo se oscureció ante todas las naves que llegaban al lugar. Una flota con decenas de naves de tamaño mediano, que aterrizaron siguiendo el rastro de su enemigo. La tierra retumbo, y uno de sus petalos cayo al suelo, justo a los pies de una de una gema de colores variantes negros y grises.

Preocupada, la gema arrancó de raíz la flor, observando lo que temía. De un momento a otro, un segundo sol surgió del lugar, eliminando todo a su alrededor con gran potencia.

El plan había funcionado.


....


El tiempo continuó su paso, pero la guerra siguió cada paso de este. Spinel lo sabía bien, cada muerte que causaba en medio de ese campo de batalla, sabía que nunca sería la última. Pero incluso en medio de la tormenta puede entrar un rayo de luz, que iluminó la espalda de una persona bien conocida para ella. Corriendo mientras spinel hacia lo mismo, cerca de que acabara, dio un brusco final cuando varias gemas tomaron del cuerpo de la pelo rosa, empujándola al lado contrario. Lo peor no era solo perder la figura de la persona a la distancia, sino, que los causantes delante suya eran sus propias amigas, que suplicaban por una orden a gritos.

— ....

Era un mal recuerdo disfrazado bajo una pesadilla. Solo necesito un parpadeo para notar que aun seguía en el hospital delante de la doctora que evaluaba al chico a su izquierda, pero la observaba con los ojos bien abiertos. Disculpándose al instante la pelo rosa por asustarla, pues no le fue difícil suponer que ocurrió. Después de dar un beso en la mejilla al chico, este se disponía a salir del lugar.

— espera spinel — pero la doctora interrumpió esto — hay algo que quiero decirte

Los milagros son escasos en tiempos de guerra, spinel aún duda si realmente consiguió uno, pero, a diferencia de ella, la doctora afirmó tener 2 de ellos que brindarle, mas no quiso dar mayor explicación, afirmando que lo tenía que ver con sus ojos. Ahora spinel tenía mayores dudas, pues, aunque podía suponer al menos uno de los milagros, que no le terminó de agradar, el otro era todo un misterio para ella. Al menos tendría tiempo de pensarlo en el camino

— spinel... ¿Que es eso rojo en tu camisa?

Al parecer, eso tendría que esperar


....


En la base, una humana camina lentamente, admirando cada pequeño detalle que delata la guerra aún presente. Oportunidades en las que cada una mostró su valor, cada cicatriz o marca que observó en gema u objeto, significaba una buena anécdota para ella. Empezando a correr a su destino, ansiosa por tener sus propias anécdotas. Se detuvo de golpe al no encontrar la sala de mando que recordaba.

— que extraño — decía — pero yo recuerdo que estaba justo aquí

Sin más opciones que preguntar a las gemas que pasaban a su alrededor, fue guiada hasta la nueva sala de mando, sorprendida de encontrar solo una plataforma hexagonal un poco más alta que el nivel del suelo. Incapaz de comprender la razón de esto.

— si, no es como recordabas, ¿cierto?

Al voltear detrás suya, se encontró con su amiga amatista, quien abrazó alegre de volver, aunque la morada intentaba mostrar la misma emoción, se encontraba nerviosa, pues muchas eran las pregunta en su mente al verla en ese lugar. Una de ellas necesitaba responder.

Steven X Spinel "Un Futuro Negro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora