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Tzuyu saca un cigarro de la cajetilla, colocándolo entre sus labios para encenderlo, inhala el amargo humo deleitándose con el.

Tenía bastante esperando que Seulgi se dignara a hacer acto de presencia, la desconcertó un poco el mensaje que le mandó, pidiéndole desesperadamente verse, al final de cuentas son buenas amigas, por lo que naturalmente se preocupó.

Mira por los alrededores, está en una colonia bastante fina si se lo preguntan, hay una escuela elegante dónde salen varios morros que al verla se asustan.

Otras babean al verla.

Tzuyu sonríe de lado, parecer delincuente aparentemente es algo bastante atractivos para las morras millonarias.

¿Sería solo por eso la insistencia de Sana en su relación?

Lo duda, no importa que tanto quisieras coger con alguien, nadie soportaría ser tratada así solo por eso.

-Que imbécil soy... -Murmura tapándose los ojos, avergonzada.
Por eso mismo se había propuesto algo, sería una buena novia, aunque todavía no lo terminaba de asimilar.

Ver la reacción de la japonesa luego de haberla dejado plantada, le dejó claro que esto no era un simple capricho, y que no la quería solo para fines sexuales, genuinamente la quería como para dejar todo lo malo de su persona de lado.

Y debía ser merecedora de ese cariño.

Aún le costaba ser cariñosa o actuar así, pero lo intentaría, mínimo ya no la deja en visto.

-¡Tzuyu!

Un par de brazos apresan su cuello, asfixiándola.

-¡Quítate wey! -Grita tratándose de quitarse los brazos de Seulgi de encima.

Mira quién se dignó a aparecer.

-Ay, perdón me emocioné. -Se separa del abrazo sonriente.
Sus ojitos se ocultan al hacerlo, viéndose de lo más adorable.

-¿Y por qué tanta emoción? Pregunta Tzuyu volviendo a encender otro cigarro, por el golpe Seulgi tiró el anterior.

-¡Adivina qué! -Aplaude emocionada.

-¿Que?

-¡Conseguí vieja!

El nuevo cigarrillo al igual que el otro, se le cae de las manos por la sorpresa, su boca es una perfecta "O", que se encamina a convertirse en una gigantesca sonrisa.

Seulgi está con las manos hechas puños a la espera de la reacción de su amiga impaciente.

-¡Eso es todo wey! -La pelinegra se lanza a abrazarla, dando brincos mientras se abrazan.

Bailan y cantan festejando el logro de la pelinegra, para ellas resultaba muy gratificante el más mínimo logro de la otra, celebrando siempre para demostrar lo mucho que se enorgullecían.

Detienen el festejo luego de unos segundos, dándose cuenta que mucha gente las ha estado viendo, avergonzadas toman asiento en la banqueta.

-¿Y dónde la conociste? -Pregunta Tzuyu.

-¿Recuerdas cuando fuiste a tu cita con la rubiesita esa?-Tzuyu hace un mueca incómoda al recordar lo que ocurrió antes de reunirse con Sana, empezaba a arrepentirse por ello.

-Ajá.

-Pues ese día me encontré a Chaeyoung luego, estaba robando como de costumbre y me dijo si no la acompañaba. Entonces nos metimos a una fiesta de riquillos por aquí, y ahí... -La castaña suspira tocándose el pecho.- La conocí...

Marihuano. || Satzu AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora