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Tzuyu: *la penetra*

Sana: ah~

Tzuyu: *la saca*

Sana: ah~

Tzuyu: *la penetra*

Sana: ah~

Tzuyu: *se viene*

Sana: *se viene*

Sana y Tzuyu: *beso*




















































¿Se imaginan que nada más hubiera sido eso?

JAJJAJA

[...]

-Tzuyu... Espera.

Las palabras de la japonesa se mezclan entre el mar de sus jadeos, causados por una boca traviesa jugando con la piel de su cuello a su antojo.

Besando, mordiendo, lamiendo, simplemente adueñándose de cada centímetro de su piel.

Con Tzuyu entre las piernas de una acostada Sana en una pequeña cama, perteneciente al cuarto de Tzuyu, otorgado por Jeongyeon cuando compró el terreno.

La azabache disfrutaba de que cada estocada que daba al centro de la japonesa, aún sobre la ropa, Sana toma lo pelinegros rizos ajenos atrayéndola más a su cuello.

Tzuyu se separa a duras penas observando la obra de arte agitada que era Sana, labios rojizos entre abiertos, cabello rubio despeinado, la ropa totalmente arrugada, Tzuyu siempre ha odiado cuando la gente no se plancha la ropa, así que mejor se la quitaría para no enfadarse.

Toma el dobladillo de la blusa con intenciones de levantarla, pero Sana baja los brazos apenada, cubriéndose el pecho.

-No tengas vergüenza. -Tzuyu le acaricia la mejilla, el primer y más tierno acto de afecto que ha tenido con ella. Eso es suficiente para bajar sus defensas.

Tímidamente Sana baja los brazos, Tzuyu le saca por completo la playera, yendo a atacar sus pechos rápidamente. Moldeándolos a su antojo, un pequeño gemido se le escapa de los labios a Sana, cuando aplasta ligeramente su seno izquierdo, sobre el sostén.

-¿Puedo sacarlo? -Pregunta Tzuyu mirándola fijamente a los ojos, Sana asiente.

El sostén negro sale volando sin dirección alguna, la azabache no le da tiempo a Sana de avergonzarse por su desnudes, cuando ataca sus pezones, cubriendo toda la extensión marrón con su boca, succionado como un recién nacido.

Tres gemidos consecutivos salen de la japonesa, seguidos de más cuándo su otro pecho es atendido por la experta mano de Tzuyu, que la pellizca sin compasión. No tiene problema alguno, su mayor secreto es el gusto por el trato rudo en la intimidad.

-Tzuyu, Tzuyu, ¡Tzuyu! —Gime cuándo en una estocada certera, Tzuyu golpea su erecto miembro directo en su centro.
Su ropa interior era un completo desastre húmedo, hasta su pantalón se encontraba ya mojado, no solo de su misma esencia, también del líquido preseminal de Tzuyu, que le generó una mancha grisácea en el pantalón a la azabache.

Separándose de su pecho, Tzuyu ahora remueve los pantalones de Sana junto su ropa interior, apoyada sobre sus talones, Tzuyu no puede creer lo que ve.

-Eres... Simplemente hermosa. - Murmura Tzuyu tocando la piel sensible de los muslos de Sana.

-Deja de mirarme así. —Sana cierra las piernas de golpe, ocultando su intimidad. - Me da vergüenza.

-No tienes por qué avergonzarte.- Delicadamente Tzuyu vuelve a abrirle las piernas acercándose más. - Si te miro demasiado, es porque me encanta lo que veo.

Marihuano. || Satzu AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora