Dulce como el pastel [BL - Cakeverse] © ✔

Capítulo 24. Mi razón [Final]

Capítulo 24. Mi razón [Final]

Nino:

Siento el cuerpo pesado apenas intento moverme, la lengua la siento seca cuando intento tragar saliva y al abrir los ojos la luz de una lámpara me sega haciendo que suelte un quejido.

Toco mi frente intentando calmar el dolor de cabeza y noto entonces que hay una intravenosa en mi muñeca y que en realidad la lámpara del techo es una de una habitación de hospital.

Llevo puesta la misma ropa que recuerdo solo que me han quitado el abrigo y los zapatos. Cuando intento moverme, de nuevo el dolor de cabeza casi me tumba. ¿Dónde exactamente estoy además de que sé que es un hospital?

—Mi cabeza... —realmente me duele, como si me hubieran sacudido hasta el alma—. ¿Y en donde está mi...? —toco mis bolsillos pero de nuevo no tengo mi celular—. Hey google —intento llamarlo pero no hace ningún ruido.

Parpadeo varias veces intentando recordar que pasó y cuando mis neuronas conectan recuerdo poco a poco todo lo que sucedió. Toco mi cabeza y rápidamente entiendo porque me la han vendado. Laura me golpeó, me secuestro, realmente lo hizo.

—Hija de... ¡Agh! —me quejo en mi cama tratando de pararme pero las muñecas y las piernas también me duelen. Recuerdo también que estuve horas atado, genial.

Aun con el dolor me levanto sosteniendo la vara que sostiene el suero y comienzo a caminar por esta habitación. Mi abrigo está en una de las sillas que hay aquí, también hay otro y reconozco de inmediato de quien es.

Escucho la puerta de la habitación abrirse y cuando me doy la vuelta mis ojos se agrietan de inmediato cuando miro a Marshall quien entra con un vaso de café el cual tira apenas me ve viendo sus ojos agrietarse como los míos.

—Nino...

—Marshall... —mi voz se quiebra y sin perder el tiempo corre hacia mí abrazándome como si su vida dependiera de ello.

Cierro los ojos con fuerza dejando salir las lágrimas, sollozo con fuerza al igual que él y escondo mi rostro en su cuello sintiendo la calidez que me hizo falta. Mis brazos rodean su cuello y cuando nos separamos no puedo evitar soltar una mueca temblorosa.

—Si llegaste —asiente y dejo caer mi cabeza en su pecho—. Tenía mucho miedo —digo en voz baja.

—Ya —sisea—, todo está bien, pastelito, lo peor ya pasó —me tranquiliza con sus palabras volviéndolo a mirar de frente.

—Pero... ¿Qué pasó?, ¿Y Laura?, ¿Jackson?, ¿Qué sucedió? —digo agitado pensando en que hayan escapado pero su mirada tranquila me hace pensar lo contrario.

—Jackson retuvo a Laura todo el tiempo hasta que la policía llegó, ambos están retenidos hasta que comience su interrogatorio sobre lo que te hicieron. Laura se resistió mientras se la llevaban, pero Jackson... él se entregó voluntariamente —abro un poco los ojos porque no me lo esperaba para nada de él.

De verdad no lo esperaba.

—¿Podrían dejarlos libres? —pregunto un poco temeroso, y no es para menos, los dos están locos y yo por ahí no pasó de nuevo.

—No soy fiscal, pero estoy seguro que ambos pagaran por lo que te hicieron —besa mi frente y al fin una sonrisa se asoma en mis labios—. Así será, porque también tendrás que declarar —asiento y cuando me siento débil de nuevo, Marshall me acerca a la cama dejándome sentar.

—Ese afrodisiaco era horrible —admito, siempre había escuchado de ellos en las películas y en los libros pero jamás había experimentado tomar uno, de verdad es horrible, además que tu cuerpo sólo quiere una cosa en ese momento, tanto que duele.