Cruzar la linea P. 3

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Alcé las manos lentamente a modo de redención, aunque en realidad no quería redimirme de nada. Estaba ahí por una razón, un propósito, y ese propósito era simplemente hacer lo que debía hacer: conseguir respuestas. La voz de aquella mujer me hizo sentir aliviado, al menos alguien conocido me había pillado a medio camino.

— Te juro que no pensaba hacer nada malo — admití mientras me daba la vuelta para verla a los ojos.
— Ya vas, que te he cogido a punto de lanzarnos algo.
— ¿Pero qué dices? Si sólo traigo un rifle y municiones, ¿me crees tan tonto de pensar que yo solo podría contra un grupo tan grande como el suyo?
— Más te vale no haberlo pensado.
— Quiero hablar contigo, necesito que me digas lo que sabes de Luzu y Auron.
— Ya te lo he dicho en la librería, bobo, que ellos no son de fiar.
— Pero ¿por qué?
— Porque no y punto.
No puedes decirme estas cosas y simplemente darme una respuesta tan boba, dame una buena razón y me iré de aquí.
Haré entonces que te echen.
— No me iré hasta que me digas lo que pasa entre ustedes. Quiero ver a tu líder o lo que sea que tengas por cabecilla de tu grupo.
— Él está ocupado — carraspeó —. Llamaré entonces a mi guardia.
— Llama a quien quieras, no pienso mover un pie de esta acera hasta que tenga respuestas.
— Qué pesao' eres, tío — tomó una radio e hizo sonar un pitido, seguro era la señal para que me vinieran a sacar del lugar.
— Sólo quiero una respuesta, que nada te cuesta. Decirme porqué Luzu y Auron no son de fiar. Punto.
— Porque todos éramos un grupo, ¿de acuerdo? Después Luzu y Auron tuvieron sus diferencias, nos pusieron en medio de una guerra, se separaron y después Auron nos dejó a mí y a Focus solos en el bosque y sin amparo.
— ¿Por qué... — sacudí la cabeza como si eso fuese a acomodar la información en mi cabeza —, entonces ustedes...?
— ¿Pero qué ha pasao'? — apareció Focus.
— Sácalo de aquí.
— No, tienes que decirme porqué Luzu y Auron se pelearon.
— Es una bobada, no lo vale. Focus, anda coño.
— Que ya voy — me tomó por los hombros mientras yo traté de sacudirme y así librarme de su agarre.
— ¡Déjame animal de granja!
— ¡Ostia! ¡Qué buena! — la chica empezó a reír fuerte.
— No me hizo ni puta gracia — Focus me llevó entonces dentro de la casa.

Ambos me escoltaron hasta dentro de su hogar. Me sentaron en un sillón y entonces me miraron atentos. Ambos me observaban con el ceño fruncido, mientras que yo sólo respiraba agitado por tanto esfuerzo en escapar. Después se miraron un poco y la rubia asintió con la cabeza. Ya tenían un plan, seguro. Había complicidad. Focus salió de la sala y se fue hacia otra habitación, lento. Sara se quedó ahí, como montando guardia.

— No tienes que hacer esto. ¿Sabes?
— No confiamos en nadie, como entenderás.
— Lo que Auron les haya hecho o no es su punto problema, pero yo no soy el chaval que va por ahí poniendo piedras a sus amigos.
— El asunto es que tú y yo no somos amigos, y eso ya es una desventaja. No sé qué haces aquí ni porqué viniste, pero no confío ni un poquito en ti, ni en nadie que se diga amigo de Auron o de Luzu.
— Tienes que estar de coña...
— No lo estoy.

El cuervo regresó con un bate de béisbol. Mierda. Al menos algo me reconfortaba de todo esto y era el hecho de que sólo ellos dos parecían estar en ese lugar conmigo. No había tal grupo, no había jefe. Eran ellos dos contra el mundo. Era una ventaja. Lo que no me daba las de ganar era el hecho de que un palo de madera me daría en toda la cara en cuestión de unos minutos. Y así fue. Sara se fue detrás del sillón y me aprisionó con un lazo por las muñecas. Quise librarme pero fue imposible, sólo obtuve pequeñas cortadas en las mismas. El cuervo por su parte me empezó a golpear en las costillas y el estómago, al igual que en el rostro. No podía sentir el aire, todo salía de mi cuerpo en cuanto recibía un golpe en el torso. Nunca había deseado tanto la muerte como en ese momento. Lágrimas salieron de mis ojos sin detenerse, el dolor comenzaba a ser punzante, bastante punzante a decir verdad. La rubia al fin soltó la cuerda que me ataba y yo caí al suelo, casi sin poder moverme. Sólo me daba vueltas el mundo, me daba vueltas el suelo, quería vomitar incluso.

— Te diré el secreto por el que viniste — dijo Sara —. Auron era mío, era mi novio, era incluso el compañero de vida que había deseado para mí. Adivina quién me lo quitó, convenciendolo de que yo era una mala influencia, de que era una persona cruel. ¿Te parece que soy cruel? — no le respondí — Apenas y puedes respirar, pude haberle pedido a Focus que te matara pero soy benevolente. Auron peleó con Luzu porque él me había dejado a mí por él, por su amor, pero Luzu fue claro: nunca amaría a alguien como Auron, jamás se enamoraría de nadie, eso decía. Al final no cumplió su palabra y por eso Auron nos dejó al cuervo y a mí. El amor no hace más que daño y dolor — sonaba a que eso último lo había dicho con tristeza, casi llorando —. Espero que sepas valorar tu vida y no permitas que ninguno de ellos dos esté a tu lado, nunca cumplen sus promesas. Prometieron que nada haría que nos separaramos, pero Luzu me clavó una estaca en la espalda, me hizo de lado. El único que se quedó conmigo fue Focus. Y adivina a quién más le dió la espalda.
— Loli....lo.... — no podía hablar.
— ¡Olé! Haz acertado. Lolito. Quien no le es útil a Luzu termina siendo rechazado por el resto. Más te vale seguir siendo útil después de esta golpiza. Venga Focus, llevemoslo a casa, ya se hace tarde.

El resto de cosas fueron pequeños vacíos y lagunas mentales. En estos pude ver a Sara y Focus llevándome arrastrando por el suelo hasta las casas abandonadas. En algún momento sentí que no podía tocar el suelo, un tío me elevaba en sus brazos. Tenía el cabello largo, y no traía casi ropa. ¿Sería Sapo Peta? Estaba demasiado destruido como para saberlo.

Toqué mis muñecas y sentí ardor en ambas. Estaba hinchado y con sangre. Quería casi morirme del dolor. Ahora podía saber de dónde provenía. Miré hacia el lago una última vez antes de que los Kayaks se alejaran. Quackity me miró con lágrimas en los ojos, sus dedos estaban clavados en la orilla de esa balsa de madera, se veía molesto. Era la primera vez que le veía así. No quería dejarlo ir, pero era necesario mantenerlo a salvo. Tenía que salvarse. ¿Y nosotros...podríamos salvarnos?

Intervención (Parte 1: Completada) + FINAL ALTERNATIVO | Rubckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora