Parte 318: Juegos rojos

36 4 1
                                    

Zed aún vigilaba en compañía de Syndra lo que estaba sucediendo, al menos hasta cierto límite... sí, límite, porque algo extraño estaba sucediendo...

"¿No puedes verle?"

"........"

"¿Cómo que no puedes verle?"

"Hay algo muy extraño alrededor de la zona que están usando como campamento... mi magia actúa algo extraña..."

"Pero tu magia es..."

"Zed, querido, primero tranquilízate y escúchame"

Zed estaba enervado por todo lo que estaba sucediendo, pero no podía perder los papeles. Y menos frente a ella...

"Sí... sí... perdón..."

"Simplemente no reconozco la magia que emplea, es extraña"

"Magia extraña... que no se ha visto antes..."

"También noto hemomancia, pero no es por parte de Vladimir"

"¿Cómo puedes notar eso?"

"Porque hay más de una persona utilizándola"

La joven conocida como Ophelia se encontraba corriendo entre los árboles de un bosque jonio, siendo perseguido por un individuo muy ágil.

Cuando usaba su Proyectil Arterial no lograba atinar entre tanta vegetación, hasta que vio su salvación en un claro.

"Uff... uff..."

"¿No estás acostumbrada a correr tanto?"

"Hago ejercicios diarios... no me subestimes..."

"Oh, así que no debo subestimarte"

La joven esquivó por poco el Golpe Aplastante de Wukong, que dio un salto al poco de hacerlo para esquivar otro Proyectil Arterial.

"Tu a mí, tampoco"

"........"

"No me pongas esa cara de decepción"

"Cuando escuché de los guerreros wuju... no me vino a la mente un mono..."

"¡Soy el mejor aprendiz de Yi!"

"¿Y qué hay de la darkin?"

"Aún está muy verde, igual que la fruta poco madura o..."

Ophelia continuó fallando varios Proyectiles Arteriales, lo cual llegaba un punto en que extrañaba al Rey Mono.

Cuando vio toda la sangre que falló levantarse no supo qué estaba pasando.

Dicha sangre se lanzó hacia él en forma de Flechas de Arritmia, mientras la chica seguía con su Proyectil Arterial.

"Admito que... usas buenos trucos... ug, ah..."

"Y tu eres demasiado ágil"

"No soy un campeón por nada, peleo con gente más peligrosa que yo"

"No puedo compararme con dioses, emperadores, ascendidos o darkins..."

"Oh, qué humilde"

"Pero estoy a la par que dos o tres de vosotros..."

Toda la sangre empezó a ir hacia Ophelia, quien la concentraba en una especie de esfera carmesí.

"Todavía no he visto todas tus habilidades"

"Una pregunta, ¿te caigo mal?"

"Bastante..."

"¡Pues te caeré mal por tres!"

Wukong creó dos copias con las que avanzó hacia la chiquilla con la intención de detenerla antes de que lanzase su ataque.

El vastaya no era tonto, y sabía que con ser mínimamente herido ya había cavado su tumba.

Al menos si podía manipular su sangre de la misma manera que Vladimir.

"Copias... detesto esos trucos..."

"¡Pues la tendrás..."

"Por partido..."

"Triple!"

Ophelia lanzó su Infarto Rojo contra el que estaba en medio, ya que vio una sombra bajo este y no tuvo mucho tiempo de reacción.

Pero no, no era el original y recibió un golpe del bastón de Wukong.

"¡Uh! ¡Wukong dio de pleno! ¡Te engañé!"

"Tonto..."

"¿Eh?"

"¿Piensas que un simple mono como tú conseguirá que me hunda?"

Wukong se giró rápidamente para estirar su bastón y explotar el orbe de sangre que había regresado hacia él.

Al romperse el orbe salpicó toda la sangre que lo componía, y que empezó a quemar el bastón del mono cual ácido.

"¡Oye! ¡Fue un regalo de mi maestro!"

"Me has... me has..."

"¿Eh?"

"Me has hecho sangrar..."

"No me digas que eres hemofóbica..."

"Tonto... las heridas que me causes las puedo usar en mi beneficio..."

"¿Eh?"

Ophelia escupió la sangre que tenía en su boca contra Wukong a modo de Proyectil Cardíaco, atravesándole la frente.

Pero para mala suerte de la noxiana, la copia se desvaneció al poco tiempo, y de Wukong no había ni rastro en la zona.

La Sombra de Zed Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora