II

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Ya estaba a un par de calles de llegar a la cancha de fútbol donde iba a reunirme con mis demás compañeros de clase. Aunque si estuviera frente a alguien tendría que llamarlos amigos. Ellos ya llevaban algunos meses jugando y la mayoría del aula iba a verlos para pasar el rato.

Yo también había ido a algunos partidos, no sabía por qué me invitaban, digo, no era realmente cercano a ninguno, pero no me importaba porque al menos significaba que disfrutaban mi compañía, ¿verdad?

Era divertido, me gustaba ir a charlar con los chicos con los que me sentaba en las gradas, a veces nos tomábamos fotos y todos me decían que me veía bien, sentía que de verdad era alguien...era.
No estoy muy seguro de por qué últimamente terminaba pensando si realmente los días habían sido buenos.

¿Entonces por qué vine?

No quería estar solo, no me importaba que solo quisieran mi compañía por ser una cara bonita, pasé tanto tiempo no escuchando nada más que mi propia y frustrada voz, fueron tantas las tardes en qué veía cómo todos se divertían con sus mejores amigos y yo no tenía ni con quién pasar unos minutos que no importaba donde estuviera mientras estuviera con alguien, suena desesperado, pero no quiero estar solo.

No puedo.

Finalmente la cancha estaba del otro lado de la calle, me miré unos momentos en el reflejo del auto a mi lado y arreglé un poco mi cabello para tomar un fuerte suspiro.

—Tú puedes— Tomé la mejor postura corporal que pude y caminé hacía la cancha.

Al llegar revisé un poco el lugar, los chicos ya estaban calentando para jugar y los demás en las gradas conversando o en sus teléfonos. Me dirigí a este lugar, analizando con quién debería sentarme, pero el mundo ya lo había elegido por mí.

—¡Alonso!, ven— Me llamó Adrián a unos metros de mí, a su alrededor estaban los demás chicos populares del colegio, mi grupo de "amigos" desde que inicié mi nueva vida.

—¡Hola!— Saludé con un choque de puños

—Pensé que ya no ibas a venir, tú sabes, porque estabas enfermo— Dijo con una sonrisa divertida. Yo tardé unos segundos en recordar la mentira que le había dicho a Alexandra para no ir a la fiesta de ayer, supongo que se lo comentó al resto.

—Ah sí, eso, bueno ya estoy mejor, no era la gran cosa. Pero ¿qué hicieron ayer?— Estaba algo nervioso y sólo quería cambiar de tema.

—Nada... Sólo bailamos y chapamos mucho— Dijo Paloma recostada en el hombro de Adrián, autoinvitándose a la conversación.

—Ah sí, me lo dijo Ale— respondí incómodo

—Hablando de ella, dijo que no podrá venir— Sentí un alivio instantáneo y luego culpa por haberlo sentido —Tiene que ayudar a su mamá con no sé qué, pero que está ocupada— Al menos no tenía que fingir que amaba a nadie... y otra carga para mi culpa —Oye, ¿Por qué no le contestas el teléfono?, me pidió que te preguntara, no porque realmente me importe— no era realmente buena disimulando la mirada de chismosa que tenía.

—Es que olvidé el celular en mi casa, mientras venía aquí noté que no lo tenía pero ya estaba muy lejos cómo para volver, jaja— dije tratando de no parecer que tenía el celular en mi bolsillo y que simplemente no quería contestarle a nadie.

Adrián río y me llamó descuidado, luego se unieron algunas personas más a la conversación, el partido ya había iniciado pero no muchos prestaban atención a excepción de las novias de algunos de los que jugaban.
No era la gran cosa, sólo conversaciones de adolescentes, se pusieron a hablar de besos de tres cómo si fuera lo más profundo y filosófico del mundo, no tenía mucho que aportar realmente, y aunque dijera cosas no me hacían mucho caso, solo reía cuando todos lo hacían. Me aburrí luego de un rato.

Principito (ABDL)Where stories live. Discover now