Jeon Jungkook es un joven Omega con un gran temperamento, una terrible vida y un temible pasado, mismo que lo llevó a lo que era ahora. Un peleador callejero, que ganaba tan poco como para hacer una comida al día, aun así necesitaba hacerlo para sob...
Jungkook era conocido por ser un peleador estrella, apodado como golden boy. Por las noches se encargaba de participar en peleas clandestinas en las cuales no sabía contra quien iba a verse cara a cara, podía ser un Omega, un alfa, fuera quien fuera, nunca nadie le quitaba su título de campeón.
Hasta esa noche.
– Mirate, estas hecho un desastre – murmuró Yoongi, escuchando a su amigo quejarse.
– Te dije que estoy bien, solo fue una tonta pelea – murmuró Jungkook, gruñendo cuando su amigo posó el algodón con alcohol sobre la herida en su labio.
– Estas a nada de subir a pelear, no puedes ponerte a pelear abajo del ring con el tipo solo porque te provocó.
– Ese imbécil trató de hacerme menos solo por ser Omega, como si ser alfa fuera algo tan genial – se quejó con molestia, sus ojos mirándose molestos por medio del reflejo de aquel sucio espejo que tenía enfrente – voy a romperle la cara en cuanto subamos, tenlo por seguro.
– Solo controlate ¿Bien?
Jungkook suspiró ante la súplica de su amigo. Asintió. Aunque sabía que no se controlaría una vez tuviera a ese alfa enfrente suyo.
Le arrancaría el cuello con los dientes.
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"Esta noche podemos presenciar a nuestro más grande campeón, quien se mantiene invicto, con treinta peleas a lo largo de su carrera, ganadas veintiocho, veinte en maravillosos nocaut. ¡Golden boy!"
Jungkook aún lograba escuchar aquella presentación que recibió al entrar al escenario, todavía sentía como su piel se ponía de gallina al escuchar los gritos de los aficionados que habían apostado tanto dinero por él el día de hoy.
Mientras recibía uno tras otro golpe de su contrincante.
Mantenía su guardia alta, buscando alejarse del alfa que le golpeaba una y otra vez sin cansarse. Jeon dió un paso hacia atrás e inclinó su cuerpo, esquivando un golpe, viendo aquel guante deteniéndose a escasos centímetros de su rostro en cuanto sonó la campana. Pudo ver al alfa reírse con burla, causando un escalofrío en su cuerpo.
¿Qué pasaba con él esta noche?
– ¿Qué pasa, Jungkook? – preguntó Yoongi, dejando caer todo el líquido de aquella botella de agua sobre la cara del Omega – estas fuera de sí, estas dejando que te den la paliza de tu vida y ni si quiera metes las manos.
– No sé, me siento... Extraño – murmuró Jungkook, volteando hacia arriba, viendo a su amigo – como si no pudiera moverme... ¿Qué me pasa?
– No sé que te suceda pero si no ganas esta pelea, nos van a matar, eso tenlo por seguro. El noventa y ocho por ciento de los que están aquí han apostado por ti, no estarán contentos si pierdes esta pelea.
Jungkook suspiró, esperaba algunas palabras de apoyo, no que le pusieran más nervioso.
El sonido de la campana lo trajo de nuevo a su realidad y se puso de pie, siendo empujado por su amigo, volteó a verlo unos segundos antes de seguir su camino. De nuevo levantó la guardia, sin embargo, esta vez fue él quien lanzó un gancho derecho contra el rostro de aquel alfa, golpeando justamente en su mandíbula, viéndolo caminar hacia atrás y escupir a su costado.
