Capítulo 3

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Todos los días cuando caminaba al trabajo no podía evitar sonreír. Ella estaba empezando su vida como adulta independiente consiguiendo su primera pasantia en una de las mejores empresas de Seúl, y no se lo quería del todo.

Para Rosé era casi irreal que después de todo lo que pasó en la universidad la aceptarán.

Ser becada, trabajar en una pastelería y hacer tutorias para poder costear sus estudios era algo muy difícil. Y más aún que se estaba aconstumbrado a vivir sola, aunque la ayudaban con la renta ella no podía evitar deprimirse por eso.

Pero ahora no importaba, porque iba de camino a trabajar junto a Kim Jisoo.

Sonrió más.

Su jefa era genial, le había enseñado mucho en esta semana que había trabajado junto a ella. Algunas veces seria que una tarde con la señorita Kim equivalía a un semestre en la universidad, realmente era la mejor en lo que hacía. Por lo que Rosé estaba tan feliz de estar bajo su ala.

Claro, y tampoco podía evitar que le parecía increíblemente hermosa, era uno de sus atributos más visibles.

-¡Le traje un ice americano, señorita Kim!-Jisoo solo la miró, negando con una sonrisa en el rostro- Acabo de revisar nuestros calendarios de cumpleaños y me di cuenta que el nuestro esta algo cerca.

Jisoo la miró por encima de unos papeles.

-¿Y eso que tiene que ver con el trabajo?-preguntó.

Rosé solo rodó los ojos en broma.

-Nuestra carta astral es muy diferente y también nuestro MBTI.

La mayor no pudo evitar y la miró con la ceja arqueada.

-Pero lo mejor es que los opuestos se atraen.-y alzó sus pulgares con una sonrisa en su rosto.

Jisoo bufó y se echó a reír mientras salía de la oficina.

Oh, la señorita Kim.

A Rosé le parecía tan enigmática como perfecta. Siempre era la mejor en todo lo que hacía. La respetaba muchísimo, y no podía evitar querer seguirla a cualquier paso que daba.

-Rosé.

-¿Si?-y alzó su vista a la señorita Kim que entraba de regreso.

-Hoy vamos a tener algo de trabajo de campo.-y puso sus manos en sus caderas- Hoy aprenderás de la burocracia, así que vamos a solicitar unos permisos gubernamentales.

La rubia asintió con una sonrisa y tomó sus cosas para ir detrás de la señorita Kim a pasos rápidos.

-¿Hoy almorzaremos afuera, señorita Kim?

La señorita Kim asintió.

-¿Sabes? Creo que de tanto señorita Kim prefiero que me llames Jisoo.

Y la rubia se detuvo, sus ojos parecían desprender brillos.

-¿De verdad?-la mayor asintió- Que alivio, su nombre es muy bonito para no decirlo.

Aunque no se dio cuenta, su jefa tenía sus mejillas sonrojadas.

Cuando llegaron al auto de Jisoo, ella le abrió la puerta esperando que entrara. Lo que a Rosé el pareció ridículamente tierno y profesional ¡su jefa era genial!

-Tienes un auto lindo.-observó la rubia.

Jisoo asintió.

-Es para impresionar hombres viejos que se creen mejor que yo.

Y Rosé rió por lo alto, contagiando su risa a Jisoo.

-En los negocios todo es una guerra de poder, ya lo entenderás.

Yes, Miss Kim | ChaesooWhere stories live. Discover now