Capítulo 11

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Jisoo tuvo razón.

Había mucho tiempo en la noche para hacer el amor con Rosé tantas veces que habían perdido la cuenta, cuando entraron en sí de nuevo Jisoo no podía respirar bien porque Rosé se había quedado dormida encima de ella en una manera muy extraña.

Solo con el hecho de que uno de sus pechos estaba en su ojo, literalmente.

Con mucho cuidado la movió a un lado de la cama y vio que ya eran las siete de la mañana ¿habían hecho el amor por tantas horas? Claro que descansaban y tomaban un tiempo pero eso era una locura para alguien a penas una semana atrás era virgen.

Jisoo sonrió sentándose en la cama, sintió el dolor en sus partes íntimas y pensó que el de Rosé quizá era el doble.

Ella estaba de espaldas ahora con la sábana cubriendo solo la mirada de su trasero.

En un acto de pequeña malicia quitó la sábana para verla mejor.

Todo el tiempo se impresionaba con el cuerpo de la rubia, era tan estilizado, esbelto, sencillamente perfecto. En su mente una vocecilla le decía que ya habían tenido demasiado sexo pero no pudo evitar solo acariciar su cuerpo.

Se acostó a su lado, las yemas de sus dedos se deslizaban como en una pista de patinaje sobre hielo por la espalda de Rosé. Era tan suave e hipnotizante.

La vio sonreír un poco, siguió haciéndolo.

Sus caricias bajaron a su trasero y su mano tocaba partes que amenazaban su cordura. La escuchó suspirar, Rosé amaba sentirse deseada y admirada. Y era todo lo que su pelinegra favorita hacia.

Rosé se dió vuelta para queda boca arriba, con su brazo cubriendo sus ojos por la claridad que ya entraba por la ventana.

Jisoo lentamente se ubicó entre sus piernas y solo besó su intimidad, subiendo sus besos, sus caricias hasta sus pechos para quedar frente a ella y quitar su brazo.

La rubia abrió los ojos para contrar los de su novia a unos centímetros, besó su mejilla y dejó caer su peso sobre ella, abrazándola.

-Quiero besar el suelo por el que caminas, Rosie.-susurró en su oído.

Rosé se mordió el labio y la apretó contra ella.

-Te amo.-dijo Jisoo, y se acurrucó más- Te amo mucho.

Dios, ¿que podía decir con eso? Su corazón había empezado a latín mucho y estaba consiente de que Jisoo lo sentía latír contra ella.

-Te amo.-le susurró Rosé- También te amo, y mucho, Chu...

...

Luego de ducharse, como dos personas civilizadas andar en ropa en su casa, Rosé decidió que debía hacer el desayuno. Le gustaba mucho cocinar, asi que decidió destacarse haciendo waffles que la rubia comería con helado.

Desde que Jisoo descubrió que después del sexo Rosé pide comer helado hay más de 5 sabores diferentes en su heladera, y demasiada cantidad.

-Rosie... se ve buenísimo.-la rubia sonrió al ver al Jisoo sentarse y apresurarse a comer- Se ve y está.

-Gracias, y la próxima vez que me quede aquí pasamos a comprar comida-le dijo con las manos en las caderas, pose que a Jisoo le dio gracia-. Es muy obvio que no te gusta cocinar, en tu heladera solo hay helado y guarniciones de supermercado.

La pelinegra tragó.

-¡Pero yo me cocino!-se quejó en broma.

-Pizza y arroz frito, Jisoo, no puedes vivir con dos tipos de comida.-la regañó.

Yes, Miss Kim | ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora