Su sabor

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Blas pasó largas horas eligiendo un atuendo apropiado; nunca había estaba en una exposición de arte, no tenía idea de que podía esperar, pero sabía que debía de ser algo elegante si venía de parte de Esteban, así que luego de mucho pensar se decidió por una camisa blanca, que usaba solo en ocasiones especiales, y un pantalón oscuro.

Algunas horas más tarde Esteban pasó por él y fueron juntos en su auto.

El lugar era, como él lo imaginaba, importante y muy snob; todos tenían ropa elegante y miraban cuadros absurdos que Blas no entendía mientras un grupo, el de arte dramático, llevaban a cabo una demostración de teatro mudo.

Esteban dio su charla frente a varias personas en el auditorio del lugar mientras él lo escuchaba a un costado.
lo veía allí, tan seguro y culto, mientras todos los demás parecían escucharlo con admiración y se sintió orgulloso de ser él quién lo acompañaba.

Cuándo la charla terminó, Esteban se acercó hasta él y lo tomó por la cintura con delicadeza, sonriendo.
Blas pensó que él era el más elegante de allí y podía notar como todos los que pasaban por allí lo miraban, aunque Esteban solo parecía tener ojos para él.

-¿te aburrirste?-le preguntó subiendo su mano por la espalda

-na,sos lindo hablando de algo interesante que yo no entiendo

Esteban sonrío y siguió subiendo su mano hasta llegar a su nuca, que acarició levemente

-bueno, ahora podemos comer, puedo pedir una mesa y...

-a vos te quiero comer-dijo Blas. no podía evitar pensar lo mucho que le gustaba verlo asi, serio y elegante

-no es lugar, chiquito

-¿me vas a decir que no?-le preguntó mientras le besaba muy estratégicamente el cuello

-dale, acá no...

-¿en casa?

-¿te volviste loco? yo a tu casa no vuelvo

-¿la tuya?

-o...nos quedamos acá y tenemos la cita que dijimos

-vos literalmente dijiste "voy elegir la opción que menos posibilidades hay de tener contacto con Blas"

Eso hizo reír a Esteban que volvió a bajar su mano hasta la cintura contraria

-quiero contacto con Blas, pero también-dijo besandole el cuello-lo quiero conocer

Blas lo tomó de la mano y se dejó guiar.
Mientras llegaban a la zona de comida, Esteban le hablaba de arte, mostrandole cada cuadro y escultura que encontraran en el camino, mientras él lo escuchaba con atención, sin poder evitar pensar lo mucho que deseaba estar a solas con él.

●●●

Luego de ese breve recorrido llegaron hasta una mesa y se sentaron.
el vino que les servían era caro y amargo mientras los bocadillos eran excesivamente pequeños, muy gourmet para Blas, que en realidad tenía solo una idea en mente.

Mientras Esteban hablaba, sintió su mano en la rodilla por debajo de la mesa.
lo miró, se había arremangado la camisa hasta los codos y se abrió los primeros dos botones del pecho por donde se asomaba su vello escaso.
Aquélla mano subió hasta su entrepierna y presionó allí, algo brusco.

-espero que sepas que acá es imposible-le dijo a su pesar, tenía el pene tan duro que podría haberse roto el pantalón

-¿en el baño?...solo quiero abrazarte-murmuró fingiendo inocencia

un abrazo de Blas, encerrados en el baño, después de esas caricias, no parecía buena idea, pero Blas era su chiquito, y a su chiquito Esteban no podía decirle que no, así que allí fueron.

●●

En momentos como esos, Esteban deseaba ser un pulpo, ese animal noble e inteligente, con ocho tentáculos a su disposición.
A él no le daban las manos para todo, tenía que sujetarle la cabeza contra la pared, impulsar su cadera hacía atrás para poder cogerlo profundo y además taparle la boca, Blas era muy escandaloso.
Blas, pese a estar incomodo intentando contorsionar su cuerpo, también
se movía, chocaba contra Esteban y se masturbaba al mismo ritmo que las embestidas, Esteban podía sentir su pecho agitado y la vibración de sus gemidos contra la palma de su mano.

en un momento, se sentó sobre el inodoro con él encima suyo, quería verlo de cerca y de frente, transpirado,con los rulos pegado a la frente y los ojos en blanco.
Él colocó sus manos sobre los hombros de Esteban y empezó a saltar sobre él, fuerte como antes, decidido; Esteban podía sentir como la temperatura de su interior aumentaba de lo profundo que le tenía.

Abrió su camisa segundos antes de que Blas acabe contra su abdomen, tenía ahora su semen caliente contra los vellos de su panza y su pecho mientras seguía saltando sobre él, totalmente ido,cómo si recién empezaran.
Esteban se pasó los dedos por encima del líquido y los llevó a su boca entreabierta.
él chupo de inmediato así que repitió la acción hasta quedar limpio, mientras sus labios brillaban blancos

-¿tiene buen sabor?-le preguntó frenando su cabeza que se dirigía a su hombro, tirando fuerte de su pelo

-si..-jadeo, estaba tan extasiado que ni siquiera entendía lo que le preguntaba

-Blas, abri los ojos, mirame

tenía los ojos mortalmente cerrados y le costó varios segundos hacer lo que Esteban le pedía, pero lo hizo, tan obediente como siempre

-quiero que mires lo que te estoy haciendo ¿bien?

él dijo que si y miró hacía abajo aún con su mano tirando de su pelo, con la mirada clavada en el pene entrando y saliendo de él con fuerza gracias a sus sentadas.
parecía hipnotizado, perdido en placer.

-decime que ves

-Dios...

-¿que te estoy haciendo?

-ve...me...me coges

-si,¿y como?

-fuerte

-ese soy yo, adentro tuyo ¿no?

lo miró a los ojos, tenía pequeñas lagrimas que se negaban a salir, parecía suplicante

-si

-¿y porque?

miró hacía abajo, empezó a moverse de una forma más circular haciendo que Esteban temblara un poco, él estaba cerca y Blas lo sabía

-por que...podes hacerlo

Esteban negó con la cabeza tranquilo y se inclinó hacía su pecho para besarlo

-no-le dijo-es por que sos todo mio-agregó tomandolo del largo cuello

-soy tuyo-murmuró apoyando las manos en el pecho ajeno-me gusta eso

en ese momento, fue el turno de Esteban para terminar. se abrazó a él empujando su cadera hacía arriba y derramó todo su semen adentro suyo.
Luego, lo dejó recostarse encima suyo mientras se calmaban.
sentía su respiración agitada y lentamente se retiró de su cuerpo, solo para meterle un par de dedos y sacar un poco de su semen de adentro, llevandolo a su boca de nuevo.

Blas lo chupo pero con menos ganas, estaba realmente cansado

-ese es mio-le dijo metiéndole los dedos casi hasta sus muelas-ese es mi sabor-murmuró Esteban con la mirada perdida

Blas enroscaba la lengua y lo chupaba, sabía que ahora no querría sentir otro sabor que no sea el de Esteban.

Chiquito: 𝐛𝐥𝐚𝐬 𝐱 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧Where stories live. Discover now