Ariana

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Ariana detiene el auto en el garaje de su casa, se siente feliz y satisfecha por la ropa que compró y mira con ilusión la bolsa que contiene la ropa interior. Mira su casa y ve que no hay luces prendidas, está el auto de su madre estacionado, un Fiat punto de color blanco mate. Baja del auto, para luego recoger la bolsa, se siente feliz. Entra a la casa pensando en que se tiene que bañar y comer un poco, son casi las 21 horas, no tiene mucho tiempo. Se dirige hacia las escaleras y de reojo ve que su madre estaba sentada en la cocina mirando su celular.

—Hola Má— dice Ariana y se queda parada en el lugar frente a la escalera a un paso de la entrada del comedor.

—Hola Ari—dice Natalia y la mira—¿Qué tal si comemos juntas?—sonríe—y hablamos hija, qué tal una noche de chicas.

Ariana mira las bolsas y vuelve a mirar su madre que le sonríe desde la punta de la mesa, ese lugar que solía ocupar Rubén cuando vivían juntos— Perdón Má pero no puedo, justo ahora no— mira el reloj, sube las escaleras y se dirige a su cuarto.

Ariana baja de la escalera contenta por como se le vé la ropa que compró a la tarde y más emocionada porque la ropa interior le va genial, no podía creer lo Sexy que se veía frente al espejo, llevaba puesto un vestido negro corto, un saco de vestir negro azulado, unas medias finas negras completando con unos borcegos negros, llevaba el pelo suelto, tomo su cartera de mano negra con detalles en rojo, en su casa ya no se escuchaba ruido alguno, supuso que su madre se fué a dormir, se lamentó que no pudiera ver su Outfit, salió de la pieza con la idea que no dormirá ahí esa noche. Baja las escaleras con la esperanza que su madre la viera toda linda y poder decirle que se encontraría con un chico, mira hacia la cocina, se encontraba a oscuras y se quedó parada un momento pensando en la sonrisa de su madre, siente que esta oportunidad no la puede perder por nada en el mundo, después de tanto buscar a Marcos por fin lo encontró, y no solo eso sino que capaz que pasen la noche juntos en su casa, coman algo y se vuelvan a besar, también espera poder conseguir respuestas a por que se marchó tan lejos y por tanto tiempo. Duda si decirle que lo buscó por todas partes y que intentó seguirlo, pero que sus padres no la dejaron continuar peleando por su amor. Toma las llaves del auto y abre la puerta de la casa, apaga la luz y se marcha sin mirar atrás.

Mientras viaja para el taller, lo hace en silencio, cree que si pone música no será capaz de apreciar nada porque la emoción que siente no la deja concentrarse del todo. Por ser casi las 23 horas viaja sin problemas, casi que no hay tránsito y solo pierde tiempo en los semáforos, llega y ve las persianas bajas, la mitad de arriba era de color blanco y la parte de abajo de color rojo, lleno de propagandas y justo al lado, una puerta de metal completamente roja con un timbre blanco en la pared, el cual no usará porque Marcos, que estaba vestido con una camisa blanca de fina tela y un jean azul marino bastante gastado con unas zapatillas de lona negra, la espera, sentado en el único escalón que tiene la entrada y en su mano derecha sostiene un cigarrillo. Ariana estaciona cerca, y con un poco de nervios desabrocha el cinturón de seguridad y le sonríe a Marcos que todavía sigue sentado, éste se para y camina hacia el auto, camina como si nada en el mundo pudiera detenerlo. Ariana lo ve acercarse, y procura no parecer nerviosa, busca en el asiento del acompañante su bolso de mano. El cual abre mirando que esté su celular dentro, de paso guarda las llaves del auto, se mira por última vez en el espejito retrovisor, Marcos le golpea la ventanilla, sin mirarse le abre la puerta y la ayuda a salir del vehículo, ambos se miraron por largo tiempo sin poder decir una palabra. Marcos la abraza fuerte y por un buen tiempo le susurra en el oído "te extrañé mucho". Siente que se le pone la piel de gallina, siente la fuerza con la que Marcos la abraza, el calor de su cuerpo, su respiración, nunca se había sentido tan en paz y cuidada, hasta ese momento.

—Te extrañe mucho también— con la voz entrecortada, casi llorando por la alegría.

Marcos intenta verla a la cara pero ella se pega más a su camisa y se limpia las lágrimas.

Vector OscuroWhere stories live. Discover now