Capitulo 3

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                           ¿Es mejor hablar o morir?

23 de Julio de 1999.
Clovelly;Bideford
Reino Unido.
Por la noche.

Abrió los ojos casi sin desearlo. Suspiro. No quería volver más a aquel real mundo donde sus sueños se desvanecían y la obscuridad la inundaba.

Escucho unos pasos a su lado.
Eran la Srta. Michelle, Estefani y su marido.
Reconoció el lugar. Estaba recostada en su cama del autobús, la habían llevado hasta allá.
Percibió un aroma delicioso.
La Srta. Michelle había comprado un montón de comida y le había llenado el pequeño refri y la alacena de por lo menos 200 dólares de pura fruta, verdura, carne, snacks y un montón de cosas más.

La Srta. acomodaba todo mientras Estefani preparaba la cena, su marido se encontraba lavando algunos trastes y limpiando el autobús tan descuidado.

Al verla la Srta. Michelle fue con rapidez hacia ella y se inco ante su cama. Le dedicó una hermosa sonrisa y le acarició el cabello con suavidad.
Jade cerro los ojos disfrutando aquella caricia, oliendo el aroma que la comida de Estefani desprendía y escuchando al marido de esta silbar mientras limpiaba.

Por un momento se sintió feliz. Hacía tiempo que no estaba tan acompañada. Hacía tiempo que la gente no se preocupaba haci por ella.

Al abrir los ojos la Srta. Michelle le entrego unos nuevos lentes. Rojos y redondos.
Se los colocó y por fin pudo ver con claridad.

Tenía que ser honesta, ella misma podía oler el sudor en su cuerpo, la mugre en su cabello.
La última vez que se ducho había robado agua del vecino más abajo ya que no tenía agua en su autobús para poder bañarse. Eso había sido dos semanas atrás.

Jade se sentó en su cama aún mareada.
La Srta. Seguía ahí a su lado, viéndola con cariño.
El marido de Estefani salió. Jade se asomó por la pequeña ventana a su lado y vio como el hombre bajaba de una camioneta cinco tambos enormes llenos de agua.

-No puedes seguir así cariño. Te estás matando a ti misma -le dijo con preocupación- No estás sola. Habemos mucha gente que se preocupa por ti, que te ama. Por favor déjanos ayudarte. Mi chica fuerte. -Soltó un par de lágrimas.

Jade solo agachó la cabeza. En sus ojos había un montón de lágrimas queriendo salir, ella trató de retenerlas en vano.
Ella y la Srta. Michelle se conocían desde hacía doce años. Se tenían un gran cariño la una por la otra apesar de ser maestra y alumna.
La Srta. Siempre trato de cuidar de ella ya que con el tiempo se dio cuenta de la gran sensibilidad de Jade y como había gente que se burlaba de eso aún apesar de que era algo hermoso.
Se aseguró de protegerla y Jade siempre lo agradeció.

Cenaron los cuatro amontonados ahí dentro.
Reían y hablaban.
Era algo nuevo para Jade. Se sentía bien con esa compañía.

Un rato después Estefani y su marido se retiraron ya que dijeron que debían ir por sus hijos a los cuáles habían dejado con su abuela.
La Srta. Michelle se quedó un rato más para acompañarla.
La ayudo a preparar una ducha caliente.

-Ojalá verte el lunes Carey, te deseo un buen fin de semana. Descansa. -le dijo con una sonrisa y tomando su abrigo salió del autobús.

Jade se dió esa ducha caliente y lo disfruto hasta el final. Se sintió tan afortunada de haber podido cenar correctamente y darse aquella increíble ducha.
De abrir su refri y verlo lleno de comida.
Su cuerpo se lo agradecía enormemente.
Esa noche pudo dormir nueve horas completas por primera vez en siete años.
El lugar olía delicioso, su estómago estaba lleno y su cabello rubio estaba desenredado y hidratado, tenía nuevos lentes, sus uñas estaban limpias, ese olor a suciedad en ella ya no estaba, tenía agua y comida. Fue ahí cuando por fin se sintió feliz, cuando por fin pudo respirar con calma.

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