Capitulo 7

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  El eco de las pisadas en los pasillos siempre lograban sonar de forma tenebrosa. Las paredes parecían querer gritar algo y el rechinar de las puertas delataba que, aunque la universidad hubiese querido empezar de nuevo; seguía viviendo en el oscuro pasado.

Jungkook se adentró al salón de danza y se detuvo en seco cuando a lo lejos vio al rubio bailar.

Sus movimientos eran elegantes, sensuales y perfectos.

No había música y tampoco hacía falta. El rubio detuvo su baile cuando se percató de la presencia de su compañero. Sonrió con respiración un tanto acelerada y se quitó los audífonos inalámbricos.

— Oh, sí había música — dijo caminando hacia él.

— No podía encender el reproductor...

— Lo sé... Me gustó lo que ví.

— Gracias — silencio — ¿Yo cuándo te escucharé cantar?

— Sí... Creo que jamás — sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo entregó.

— Gracias — limpió con cuidado el sudor de su frente y cuello. Los ojos de Jungkook no perdieron rastro — hay que movernos.

Salieron en busca de la zona de los casilleros. La meta era lograr abrir el de Yoongi.

— Este es — señaló Jimin.

— Vale... No tenemos la clave, me guiaré por el sonido del seguro.

— ¿Sabes hacer eso?

— Solo has silencio.

Asintió.

Jeon pegó su oreja al frío metal y fue girando la perilla de a poco, esperando escuchar el encaje de los engranajes. El rubio lo miraba atentamente, detallando su rostro serio. Cejas fruncidas, su labio atrapado entre sus dientes...

¿Por qué era tan atractivo de ver?

El primer número fue el cuatro — tengo uno — susurró.

— Tu aliente huele bien — halagó.

Jungkook negó, evitando reír. El siguiente fue el dos — falta uno.

El menor aplaudió en pequeño sin hacer ruido.

— 421 — la puertecilla se abrió — ¡Bien! — ambos exclamaron al mismo tiempo, chocando sus manos y abrazándose.

Lentamente se separaron y compartieron miradas unos pocos segundos, antes de revisar el en Locker.

— Ok, hay dos cuadernos, varios libros y algunos materiales — dijo el pelinegro.

— Revisemos la información en los cuadernos.

"Propiedad de Min Yoongi, 22 años, Daegu"

— Mm... Dice que es de Daegu pero no dice su dirección — murmuró Jimin.

— Espera, hay un recibo de energía en un libro... — señaló una dirección — Familia Min — se miraron.

— Esa es... Debe ser, la dirección de su casa. Vayamos antes de que sea más tarde.

— Tenemos que cambiarnos de ropa.

— Vamos al teatro.

Jungkook guardó el recibo en su bolsillo y revisó para ver si había algo más. Pero nada...

Se dirigieron rápidamente al salón y allí tomaron algunas prendas de ropa, gorras y accesorios muy distingos a lo que normalmente usaban.

El pelinegro se quitó la camisa y la sudadera, dispuesto a vestirse con un traje negro.

Chromatic Love - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora