Ansias

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Siempre está, ¿por qué no ahora cuando la necesito?

Se estaba empezando a sentir asfixiada, Pinkie no le contestaba y de verdad necesitaba estar con ella. Su asfixia no era por algún problema con sus experimentos, ni tampoco una falla con sus cálculos, no era por alguna mala nota y mucho menos algo con algún tipo de gravedad.

Simplemente acababa de dar un discurso importante frente a estudiantes y padres, cosa que la estresaba de sobremanera, y si la pelirosa no llegaba a calmarla, sabía que no sobreviviría a todo lo que quedaba de día. Nunca se lo había dicho, pero esperaba que Pinkie supiera que ella era la única que podía calmar sus ansias en momentos como ese.

No entendía en qué momento había empezado a necesitar tanto el afecto y amor que la pelirosa siempre le daba, pero ya era muy tarde para dar vuelta atrás, era prácticamente dependiente de su cariño. Un suspiro lleno de molestia, frustración y ansias se le escapó de los labios.

Nadie me mandó a enamorarme.

-¿Twily?

Pero si es de ella, dudo algún día arrepentirme.

Su voz... Su simple voz logró calmarme. Si de verdad existe un Dios que nos está mirando, le agradezco en esta y mil vidas haberse compadecido de mí y hacerme llegar a la pelirosa.

Se me salió una sonrisa y no pude evitar mirarla con adoración, inmediatamente encontré unos ojos que me veían incluso más intenso que los mios. Tal parece que alguien había soltado un enjambre de mariposas en su estómago y había decidido que electrocutarla estaba bien, ya que al instante una corriente eléctrica que recorrió todo el cuerpo. 

-¿Estás bien? -Se le acercó, observando que hace un momento la había visto casi echar humo de la cabeza, y ahora parecía estar respirando más tranquilamente - ¿Qué pasó? -Pinkie pasó sus dedos por mi mejilla, antes de acercarse y dejarme un beso en la frente

-Di el discurso -Quería dar más detalles, pero los nervios que todavía estaban presentes no la dejaban hablar.

-Oh... -Ahora entendía su actitud. -¿Como te sientes? ¿Un cupcake? -Pasó uno de sus brazos por mi cintura mientras me dejaba besos en distintas partes de la cara, y el otro lo movió entre su pelo para sacar un pastelito, cosa que rechacé. Lo único dulce que se me antojaba era ella.

Notó un sentimiento que siempre aparecía cuando estaba cerca de la pelirosa; calidez. A veces le gustaría ser igual de demostrativa que ella y poder gritarle a todo el mundo lo mucho que la amaba.

-Estoy bien.

Estaba segura que su respuesta no convencería a Pinkie, pero no importaba, los besos en su cara y el brazo alrededor de ella era lo único que había en su mente. La pelirosa no había parado de besarla, entonces debía saber que solo de esa manera lograba calmarse; y que solo ella podía hacerlo.

-¿Segura?

Me dejó un pequeño beso en los labios, pero la tomé por la nuca y no dejé que se alejara, poniendo mis manos alrededor de su cuello y luego pasándolas por sus hombros, poniéndola contra una pared.

-Twi... -Susurró Pinkie, poniendo sus brazos en mi cintura.

-¿Dónde estabas? No leíste mis mensajes -La pregunta fue seria, ya que de verdad le había molestado que esta vez no los leyera, mientras pasaba sus dedos por debajo de la camisa de su pareja. Pinkie, al siempre estar de allá para acá, siempre tenía la temperatura corporal alta. Y justamente ella, que de por sí siempre estaba fria, cuando estaba nerviosa prácticamente se congelaba. Así que siempre buscaba el calor de la pelirosa para poder regularse, en especial por las noches.

-L-La profesora me dijo que fuera a buscar unos papeles.

Mis labios recorrían su cara, y aproveché el momento para sacar una de sus manos de mi cintura y darle besos en los nudillos.

-¿Qué papeles?

Sabía que Pinkie se estaba poniendo nerviosa. Y ella también un poco, estaban en pleno pasillo, en cualquier momento alguien podría verlas.

-Buscar los papeles de... -intentó no sonar nerviosa al sentir como me acercaba a su oreja. -Buscar los exámenes.

Abrí los ojos y volví en mí, claro, estamos en época de éxamenes. Se me había olvidado.

Por eso estoy dando discursos.

No podía darse el lujo de distraerse con Pinkie cuando tenía detrás la obligación de dar los discursos a los mejores alumnos de la institución; en casa tendrían que seguir en lo que estaban.

Me separé de ella y hablé con mi tono serio.

-Bien, no le gustará que te tardes tanto.

Dije eso y me di la vuelta, mientras comenzaba a caminar hacia la oficina de la directora.

De un momento a otro, fue tomada por el brazo mientras la daban vuelta, y recibió un beso que más que intenso o lujurioso, fue dulce.

-Upsi, no me pude aguantar las ganas. Hasta luego, Twily -dijo mientras se reía como si hubiera hecho una travesura y se iba a buscar los dichosos papeles, dejándome un poco sonrojada. Me di la vuelta nuevamente y seguí mi camino hacia la oficina de la directora.

Recordé su risa y como iba tonteando mientras caminaba. Me pasé los dedos por los labios, dándome cuenta que tenía una sonrisa que no recordaba haber dado.

Solo ella logra que mis ansias se conviertan en sonrisas, y que mis sonrisas muestren el "te amo" más sincero que tengo para darle.

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⏰ Last updated: Feb 19 ⏰

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