03 | The Madison Effect

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Madison se había despertado temprano para poder andar un rato en su caballo Maximus. No pregunten por el nombre, Madison estaba obsesionada con la película "Enredados" y aun está obsesionada.
Katherine y George le regalaron a Maximus en su onceavo cumpleaños.

La pelirroja ya estaba llegando a su lugar favorito, solía ir ahí cuando se sentía mal. Era un campo de girasoles que permitía ver bien el amanecer o atardecer.

—Muy bien, chico— la pelirroja se bajó de su caballo y dejó caricias en su cuello —. ¿Te gusta? Porque a mi si... mira esto Max, es hermoso— el caballo asintió mientras emitía un ruido, por lo cual la pelirroja río —. Sabía que te iba a gustar. Ya vuelvo, no tardo.

La pelirroja tenía escondida en uno de los árboles una caja, ahí solía tener sus pinturas y papel. Madison se acercó a su caballo con la caja en manos.

—Mira— la ojiverdes sacudió la caja suavemente con cuidado de no romper algo —. ¿Quieres ser mi próxima obra de arte? Prometo que si queda bien, la colgaré en mi cuarto, así cuando no estés cerca, al menos tendré una pintura tuya— el caballo movió una de sus patas, lo cual Madison tomó como un "Sí".

Holland colocó la manta que había traído, en el suelo, y comenzó a dejar todos sus materiales arriba de ésta. La pelirroja se hizo una imagen visual en su cabeza y comenzó a pintar. Primero arrancó por el caballo, el cual era blanco, pero con cuatro manchas marrones, cada mancha se encontraba en cada pata.

[•••]

Madison había perdido la noción del tiempo, y terminó estando casi tres horas en el campo de girasoles. Lo bueno de ésto es que la pelirroja había logrado hacer dos pinturas, una de su caballo en el campo de girasoles, y otra dónde estaban una chica pelirroja y un chico pelinegro agarrados de las manos y dando la espalda, el último mencionado tenía en su mano libre un ramo de tulipanes blancos.

-—Qué dices? ¿Te gustan?— preguntó la ojiverdes, mientras le mostraba las pinturas a su caballo. Éste emitió un ruido —. Maximus, espero que hayas dicho que sí, porque si no es así, me enojare contigo— el caballo la miraba atentamente, como si estuvieran haciendo un concurso de no apartar la mirada —. Iré a guardar las cosas, no te muevas— la pelirroja se alejó del caballo y fue hacia el árbol, pudo ver que ya solo le quedaban tres papeles —. Nota mental, comprar más papeles... y amarillo.

Ésta había utilizado lo último que le quedaba de pintura amarilla para poder hacer el campo de girasoles, y el atardecer de fondo.
Madison volvió hacia donde estaba su caballo y se subió a éste, no sin antes asegurarse de que todo estuviera en su lugar. La pelirroja una vez segura, movió las riendas del caballo, mientras transmitía el ruido de muchos besos. Él caballo comenzó a galopar, lo que tomó por sorpresa a Madison.

CHICAGO ━━Isaac GarciaWhere stories live. Discover now