-¿Sabes? Mi abuela decía que estas flores son un símbolo de amor no correspondido- habló Nathan hacia su novio. Madison miró a su novio y notó como éste ya la estaba mirando.
-Que curioso, Chicago, hay unas flores que representan nuestra relación- c...
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Madison abrió lentamente sus ojos, pero al momento de ver tanta luz invadir la habitación, los volvió a cerrar. El sonido de la puerta abriéndose la hizo alertar.
-Tranquila, soy yo- habló Isaac mientras entraba a la habitación con una bandeja de desayuno en mano -. Te traje esto. Café frío y una porción de cheescake. Tus favoritos.
-Estoy planteándome la idea de que no me quieres- comentó con ironía la pelirroja mientras recibía la bandeja. El ceño de Isaac se frunció.
-¿Por qué?.
-Porque si me quisieras sabrías que el lemon pie es mi favorito, pero no me quejo.
-Sí, se que el lemon pie es tu favorito, pero...- tomó asiento en la cama de la ojiverdes -no te gusta comer lemon pie más de tres días a la semana porque dices que es mucho limón en tu sistema. Y como estos dos últimos días comiste lemon pie, te traje cheescake, tu segundo favorito- Madison no pudo ocultar su sonrisa.
-Te quiero- confesó la pelirroja mientras dejaba un beso en la mejilla de su novio.
-Yo también. Ahora, termina ese desayuno- Madison bufó. Sabía que las intenciones de Isaac no eran solamente de llevarle el desayuno a la cama, sino también para que ella comiera algo, porque desde que había visto a su madre, Madison había perdido mucho el apetito. Si, ya pasó mucho tiempo de eso, pero la angustia aun atormenta a Madison -. No creas que no me di cuenta, linda.
-Eres muy atento a lo que hago, ¿sabias?.
-Si, lo sabía, pero tendrás que acostúmbrate.
-Puedo lidiar con eso- sonrió. Isaac se acercó hacia ésta con intención de besarla, pero ésta apartó su rostro, creado confusión en Isaac -. Tengo mal aliento.
-Puedo lidiar con eso- repitió las palabras de su novia para luego atraerla a un beso, el cual duró menos de lo esperado debido a la presencia de Parker.
-Ay, por favor, aquí no- pidió la rubia mientras salía de la habitación con un semblante de asco, causando que la pareja riera.
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Al momento de llegar a la escuela, Madison fue directo hacia el casillero de Erin, donde la encontró terminando de colocar sus útiles.
-Hola- saludó la pelirroja.
-Hola...- le devolvió el saludo su amiga, pero con cierto tono cansador en su voz.
-¿Cómo... te sientes?.
-Podría sentirme mejor- Erin se encogió de hombros.
-Si... fue una pregunta muy estúpida. Erin asintió, dándole la razón a su amiga.
-Lo fue- ésta cerró su casillero de un golpe, sobresaltando a su amiga.
