Capitulo 5

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Avery.

Nunca esperé recibir un mensaje de Jonathan a media noche.

Debería decir que no me molestó, ya que es mi jefe, pero la verdad es que odio ser despertada y la vibración de mi teléfono ante el mensaje fue una completa molestia. No expresé mi desagrado sólo por tratarse de él.

Se supone que debo enamorarlo, respondiendo le mal sólo lograré espantarlo.

Ni siquiera me pregunto ¿Cómo demonios obtuvo mi número telefónico?

Es mi jefe. Puede averiguarlo.

Luego de responder a su mensaje donde hablaba sobre algunas preguntas, mi teléfono volvió a iluminarse con alguna notificación. Al principio, creí que era Jonathan, pero luego de ver el nombre de papá y sus múltiples mensajes diciendo lo malcriada que estaba siendo y que lo mejor que podía hacer era volver a Londres, decidí apagar el teléfono.

Lo siento, Jonathan, ya tendrás oportunidad de preguntarme lo que quieras, pienso.

No tuve otra opción que volver a dormir. No pensaba leer más insultos por parte de mi padre, por ello al despertar la mañana siguiente no me molesté en encender el móvil.

Me levanté de la cama, me di una ducha y me fuí la closet a buscar alguna ropa decente.

Por alguna extraña razón, pensar en volver a ArtWork luego de mi encuentro con Shane y Jonathan en la pizzería me pone nerviosa.

Una cosa es convivir con alguien en el ámbito laboral, otra muy distinta, es hacerlo de manera social y fuera de todo trabajo. Es mucho más...Personal.

Si, si, es una estupidez que tenga ese tipo de pensamiento. ¡Me contrataron para enamorarlo, joder! Pero eso no significa que no puedo estar nerviosa. No significa que no pueda tener sentimientos como los tiene una persona adulta normal de veinte años.

Saco algunas prendas de mi closet y sonrío al conseguir una camisa azul y un jean de corte alto negro. Está vez no usaré tacones, las zapatillas serán mis opciones ya que debo estar un tiempo en la universidad.

Hoy pagaré mi matrícula. Pasaré al banco a depositar el dinero que me proporcionó el Sr Joe a la universidad y el resto lo tranferiré a mi cuenta.

Salgo feliz y contenta de la residencia, está vez, usaré mi coche ya que afortunadamente me queda dinero para la gasolina.

Es un auto sencillo. Mi bebé, un Peugeot 308 de color rojo, fue mi primera adquisición al llegar a los estados unidos. Mi padre me lo regaló para mi comodidad ya que necesitaba tener una buena movilidad y al verlo en aquel consecionario me enamoré de inmediato.

Conduzco por la carretera hasta llegar al banco donde deposito el jugoso cheque.

La mujer de la caja realiza las dos transferencias con éxito. Me entrega los comprobantes de dichos pagos y en menos de veinte minutos después ya estoy en la universidad para mí primera clase.

Dibujo artístico.

El profesor es un hombre alto, moreno de ojos claros y un poco regordete. Es una muy buena persona y dentro de todos mis educadores, él, sin dudas, es de mis favoritos.

—Hoy les platicaré sobre el nuevo proyecto—Dice barriendo su mirada por todo el aula de clases—Es algo un poco inusual, pero siento que les puede ayudar muchísimo en su desarrollo como artistas en general. El trabajo consiste en realizar un plano de alguna edificación de esta ciudad con figuras geométricas. El plano debe ser entendible ya que lo expondrán ante sus compañeros. Es un trabajo individual, pero si tienen algunas dudas aquí estoy para resolverlas.—Sonrie.

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