margarita

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Una suave brisa invernal pasea por los exteriores, sacudiendo las pocas hojas secas que los árboles apenas sostienen en sus ramas. El clima es agradable, el frío no parece sentirse tan gélido con la ayuda de los cálidos rayos del sol mañanero que se pinta en el cielo.

Taesan recuesta ligeramente su cabeza en el delgado hombro de su mejor amiga, Hanni, sentada a su lado en la banquilla de madera. La luz solar golpea en sus espaldas, transmitiéndoles un calorcito que calma la rigidez y el temblor de sus cuerpos. Su mirada vaga por el patio escolar cubierto de nieve, divisando sin mucho interés a los pocos estudiantes que han decidido salir afuera durante el receso.

—¿Pensaste en qué harás? —Hanni pregunta, desviando su mirada hacia él por unos segundos antes de volver a concentrarse en doblar nuevamente el papel amarillo que sostiene en sus manos de una forma rara.

Suspira pesadamente.

El catorce de febrero, el día en donde se celebra mundialmente algo tan sentimental y bonito como lo es el amor, está a menos de dos semanas de llegada. La chica se refiere a lo que él tenía planeado para ese día; Taesan quería aprovechar que se acercaba el día de San Valentín para invitar a salir al chico que le gusta, de una manera tradicional, por más cliché que parezca, con flores hermosas y chocolates caseros, aunque, particularmente, es una costumbre del país surcoreano (y muchos otros de Asia) el hecho de que son las chicas quienes realizan regalos a los chicos, él cree que no es tan importante que, en este caso, sea un chico quien los haga para otro. Se permitió ilusionarse.

Pero hay un pequeño, gran, problema que no tomó en cuenta: el mismo chico al que piensa invitar a salir es alérgico al polen, ¡y las flores claramente lo tienen!

Un pronunciado surco se forma entre sus oscuras cejas, frustrado—. Aún no sé.

No sabe cómo solucionarlo, sin flores todo sería insulso, y tampoco tiene el dinero suficiente como para regalarle joyería o cosas tan caras. Debe idear algo antes de que el tiempo se le acabe y sea demasiado tarde para su confesión que tanto le costó animarse.

—¡Renuncio!

El pelinegro se sorprende ante el repentino chillido de la chica de trenzas, retirándose de ella. Hanni pucherea tiernamente mientras arruga el papel con el que ha estado trabajando.

—Hacer origami es muy difícil —Dice ella, metiendo la bolita de papel en su bolsillo para más tarde tirarla a un cesto de basura.

Entonces, una pequeña luz brillante se enciende imaginariamente sobre la cabeza de Taesan y voltea a mirar rápidamente a su mejor amiga con sus ojos ligeramente más abiertos de lo habitual.

¿Cómo no lo había pensado antes?











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Un pequeño especial por San Valentín dedicado a ustedes, para que se despejen un poco de las historias tristes. Espero que lo disfruten. ♡

Paper flowers ━━ DDINGDONGZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora