CAPÍTULO 3: Anuncios

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—Estás embarazado...

Draco palideció al escuchar esas palabras salir de los labios de Tom Riddle, duque de Edimburgo. Conocía a Tom desde pequeño, ambos habían nacido en la realeza y era normal que se encontraran en los eventos a los que se veían obligados a asistir. Cuando Draco se presentó como omega, Lucius y Narcissa estaban seguros de que Tom, que era alfa, en el futuro podrían llegar a congeniar en algo más que una simple amistad. Ellos siempre vieron con buenos ojos que Tom fuera el hombre que estuviera al lado de Draco el día que fuera coronado rey. Pero eso no sucedería, Tom y él eran completamente diferentes, aunque Draco tenía que admitir que Tom era bueno para hacerlo reír y sacarle una que otra sonrisa. Pero ahora, al pronunciar esas palabras sólo consiguió que Draco sintiera como si todo a su alrededor se estuviera derrumbando.

—Pero qué locura dices, por supuesto que no es así —dijo apartándose un poco de él. Luego de la coronación se realizó un banquete en su honor. Pero el ambiente estaba tan cargado de diferentes aromas que le revolvieron el estómago, así que había decidido salir a tomar un poco de aire. Cuando Tom decidió acompañarlo no vio nada de malo en eso y terminó aceptando, ahora se arrepentía de su decisión.

—No. Tú realmente estás embarazado —repitió el alfa y Draco contuvo el aliento cuando lo sintió acercarse y sin vergüenza alguna Tom acercó su rostro al cuello de Draco con el único objetivo de sentir su aroma. Draco frunció el ceño.

—¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó molesto mientras los empujaba con las manos para apartarlo de él.

—Siempre has tenido un exquisito aroma a vainilla. Pero ahora es mucho más intenso y dulce. Es un claro síntoma de un omega que está embarazado —señaló. Instantáneamente Draco se llevó una mano a la zona donde estaba una de sus glándulas odoríferas y contuvo el aliento. Tom no era la primera persona que le señalaba algo así, quizás porque durante sus reuniones solía utilizar perfumes, pero ese día no lo había hecho. Se regañó así mismo por haberse descuidado tanto y ahora su mayor secreto estaba en peligro.

—Por favor, no se lo digas a nadie —pidió entre susurros. Una sonrisa apareció en los labios de Tom.

—Realmente estás embarazado —dijo el alfa cruzando los brazos contra el pecho—. Supongo que no tenemos padre para ese bebé. —Señaló su vientre y Draco apoyó una mano contra la zona sin pensarlo.

—Sí lo tiene, sólo que no lo sabe. Yo escogí el deber por encima del amor que sentía por él, así que lo dejé ir —le explicó desviando la mirada. Sus palabras no sorprendieron a Tom, conocía a Draco desde niños y sabía lo sacrificado que podía llegar a ser por otros.

—¿Qué piensas hacer ahora? Lamento decirte que en unos meses comenzará a notarse —le recordó. Draco se mordió los labios con fuerza.

—No lo sé —reconoció. Era la primera vez que se sentía tan perdido a la hora de tomar una decisión.

—Draco..., cásate conmigo —dijo de repente Tom y Draco volteó a verlo como si un tercer ojo le hubiera crecido en la frente.

—¿Qué? —fue lo único que pudo pronunciar. El alfa le sonrió.

—Nos conocemos desde niños, no sería extraño para nadie. Además, mamá sigue presionando para que me case. Si tú y yo lo hacemos ella estará feliz y nadie podrá hablar del bebé que esperas. —Se encogió de hombros, como si el proponerle matrimonio a un omega embarazo fuera algo normal en ese momento.

—¿Por qué aceptarías un bebé que no es tuyo? —le preguntó.

—¿Por qué no hacerlo? —replicó Tom—. Creo que has sacrificado demasiado, mereces tener alguien que te apoye y cuide de ti, Draco. Nunca seremos un matrimonio como los demás, pero somos buenos amigos y sabes que yo siempre estaré de tu lado —le recordó con una sonrisa.

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⏰ Cập nhật Lần cuối: Feb 10 ⏰

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El deber de la corona (Harco/Omegaverse) (EN PAUSA)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ