Capítulo 1: El camino

59 2 18
                                    

Las gotas de lluvia eran gordas y los truenos hacían que el pequeño Xia HueSung, hijo del líder de la Secta Segadora, y la cabeza del clan Xia, pusiera atención a la puerta, entre el ruido de la naturaleza furiosa se escuchaba a alguien detrás de la cortina de tempestad.

—¡Líder!— gritaban escandalosamente afuera. —¡Líder Xia!

El líder Xia Faiseng del clan Xia hace presencia en la entrada, serio e imponente, el pequeño Xia HueSung ve a su padre tomar una postura recta y nerviosa, como si estuviera esperando al más temible enemigo detrás de la puerta.

—Abran la puerta—habla el líder fuerte.

La madre del pequeño Xia Hue aparece poco después para tomar a su hijo por los hombros. —Vamos, hijo. Dejemos que tu padre se encargue—le dice su madre alejándolo mientras las puertas se abren mostrando a un hombre ensangrentado, con un bulto en brazos extraño.

—Madre, ¿Qué es eso?—pregunta el pequeño Xia HueSung.

—No veas amor...—le responde Shen ZinSu, la madre del pequeño. —Deja que tu padre se encargue.

Su madre dejó de contestar preguntas solo se limitaba a decirle que todo mejoraría y que fuera paciente. Después de esa noche, un llanto de bebé se hizo presente en la Villa del Invierno. Ese bebé era Xia WanSang, el hijo del hermano menor del líder del clan que se creía desaparecido junto con su esposa Choi Lingming, que en la noche lluviosa llegó a la villa de su hermano a morir, asegurándose que su hermano juró proteger a su hijo que no iba a poder ver crecer toda costa.













13 años después...















Era el tercer día después del aviso. El examen Ying comenzaría pronto así que los líderes de los grandes clanes y los clanes bajos llevaban a sus pequeños aprendices para ascender a discípulos de algún pilar de su respectivo clan.

Las reglas eran sencillas; los aprendices tenían un permiso especial para poder trasladarse entre las ciudades vecinas para llegar al bosque Hwa en la Isla Funeraria Ying, donde se lleva a cabo el examen cada año, el viaje era parte de la prueba: No tenían permitido escoltas ni acompañantes... Ya que como jóvenes segadores tenían que saber ubicarse en su entorno. Los líderes de la secta les darían dinero y un mapa para que tuvieran un buen viaje... Y con la bendición de los dioses, los jóvenes partían de sus hogares para realizar el examen Ying y ascender, para poder realizar sus servicios al mundo.

Del 100 por ciento de los candidatos a discípulos segadores, solo llegan el 60 por ciento a la Isla Funeraria, y de ese 60 por ciento, sólo un 30 por ciento pasan la segunda etapa y pocos del 10 por ciento aplican el verdadero examen, en algunas ocasiones, de 1000 candidatos solo dos, incluso uno pasaba la prueba final, pero pasar a la prueba final no significaba que podían ascender, eso lo determinaban los sensores y su historial académico en el tiempo del examen. Los organizadores, los cuales eran el clan Tang de la Isla Funeraria, esperaban que ese año se graduaron la gran mayoría, ya que en esa década, la cantidad de segadores había disminuido exponencialmente, después de la guerra de la Villa Demoníaca de la Ciudad Fantasma, pero esa era historia vieja...

Después de diez días y diez noches, los candidatos de los clanes mayores y menores llegaron al bosque Hwa, en el recinto de los Tang.

Los jóvenes aprendices de segadores veían las escaleras detrás de un gran arco rojo con sellos antidemonios en los lados y lámparas que seguro encendían al anochecer. Todos ya estaba ahí, pero nadie subía las escaleras, ningún candidato se atrevía por la descripción en la plataforma de piedra a un lado del camino.

头胎 | TOUTAIWhere stories live. Discover now