Infernalis: El Clan Valac

Parte 2 - Pensar como un demonio

Marco después de su experiencia en el infierno, solo tuvo tiempo de llegar a su casa y dormir ya que el otro día comenzaba el primer día de clases, al ser el único que vive en la escuela en épocas de vacaciones era el encargado de abrir la escuela el primer día, recibiendo a los encargados de limpieza que eran los primeros en llegar.

Por suerte para el eran los mismos del año pasado y no le tuvo que mostrar las instalaciones, luego llego el director Rufino el único que hacía más tiempo que el que trabajaba en la escuela, era un viejo simpático todos los querían, sobre todo la junta directiva de la escuela, porque jamás tuvieron una queja de alguien en contra de Rufino.

La escuela secundaria que trabajaba Marcos, es considerada la mejor escuela secundaria privada del país, los jóvenes estudiantes ingresan el primer día de clases y hasta las vacaciones de invierno no pueden salir, solo aceptan alumnos de los últimos tres años, para prepararlos para ser los mejores en el área de la vida que ellos elijan.

La escuela es enorme, tiene las aulas como cualquier escuela, pero también centro de informática, los mejores profesores de economía, además en deporte son realmente buenos, alumnos del pasado han conseguido medallas en los pre olímpicos, en esgrima, karate, arquería, pero no son los únicos deportes que se practican.

Vienen alumnas de todo el país, pero también muchos extranjeros ya que la escuela es conocida mundialmente, a la escuela se puede ingresar pagando una gran suma de dinero o siendo becado, los alumnos becados viven en cuartos chicos y se tienen que encargar de su propia limpieza, a cambio los que tienen dinero tienen personas que limpian sus grandes habitaciones.

Marcos una vez que saludo al director se fue a su casa ya que él, no tenía que trabajar si no se rompía nada, pensó en dormir, pero le dio curiosidad que niñas mimadas vendrían este año, porque saben venir hijas de famosos, las más ricas del país, extranjeras muy exóticas, a veces hijas de religiosos radicales, ya que al ser un internado de mujeres la alejarían de la tentación del sexo opuesto.

Se acostó en su cama y activo la habilidad de espíritu viajero, llevo su espíritu a la entrada mirando como llegaban las alumnas, algunos venían con sus padres en autos carísimos, otras las traían choferes, las becadas a cambio llegaban en taxis y algunas caminando con sus valijas, miro algunas asiáticas nuevas, otra que le llamo su atención una chica sueca, la nueva profesora de inglés que venía de Canadá.

Disfruto de su nueva habilidad deleitando su vista, nunca había hablado con una estudiante ya que él era un pobre conserje, pero le gustaba mirarlas lo lindo que le quedaba el uniforme, era el típico uniforme escolar, una camisa blanca con saquito o chaleco bordo, la pollera a cuadritos color roja y negro, medias abajo de la rodilla de color blanco que combinaba con la camisa, pensaba que todavía podría quedarles más lindo si las polleras serían más cortas, con media a red, pero igual se conformaba con el uniforme típico.

Estuvo mirando de las ocho de la mañana que comenzaron a llegar las alumnas, para acomodarse en sus cuartos, despedirse de sus padres, al medio día era el acto de principio de clases, estaban formadas las tres mil alumnas mas todos los profesores, en el escenario Rufino dando un discurso, pensó llevar su habilidad más allá, estuvo tentado de mirar abajo de las polleras de las alumnas, pero se dijo a si mismo – NO son menores.

Mientras estaba en un dilema si mirar a las alumnas debajo de las polleras o no, su visión encontró a la nueva profesora de inglés que estaba con una pollera de oficinista muy sexy, no lo pensó mucho, se fue como un depredador, cuando se paró atrás de ella pudo notar que tenía unas buenas nalgas, bajo lo que más pudo, pero al tener las piernas serradas más la pollera muy ajustada no pudo ver nada, se decepciono, pero intento otra cosa, que pasa si toca esas lindas nalgas con su espíritu.