No importa la cama, sino con quién estés

4K 298 19
                                    

 Danilo y yo nos sentamos en su ventana de atrás dónde podíamos ver el campo, eran las cinco de la mañana y estaba amaneciendo, mientras hablábamos de todo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Danilo y yo nos sentamos en su ventana de atrás dónde podíamos ver el campo, eran las cinco de la mañana y estaba amaneciendo, mientras hablábamos de todo.

- ¿El cochi te hizo algo? - Me preguntó el uruguayo.
- No, nomás me agarró del pelo pero no me hizo nada.
- ¿Y Hernán?
- Que me acuerde tampoco, pero yo si hice algo - Le dije bajando la cabeza.
- Dale decime, no te voy a decir nada.
- Le di un beso - Le dije levantando la vista hacia el.
- ¿Enserio me decí'?
- Perdón.
- No pasa nada, yo también me porte mal con vos.
- Había tomado, por eso.
- ¿Tomaste nena? Sos una tarada - Me dijo riéndose.
- Hay una primera vez para todo.
-  Prefiero que todas tus primeras veces sean conmigo, así te puedo cuidar - Me ofreció un cigarrillo y yo se lo acepté, siendo el primero.
- Veníamos teniendo días malos.
- Si, las cosas se complican, capaz no tendríamos que habernos conocido - Dijo mirando para abajo.
- Todo pasa por algo, y si nos conocimos también fue por algo uru.
- Yo no creo en esas boludeces, pero ojalá sea posta - Los dos nos quedamos en un silencio cómodo después de esa respuesta del uruguayo.
- Perdón por todo, por todo lo que pasó, en el poco tiempo que nos conocemos, diste vuelta todo mi mundo, en solo dos meses - Le dije.
- Vos también diste vuelta mi mundo, y todo, pero no quiero que nos sigamos haciendo sentir culpable al otro por lo que nos pasa.
- Fue mi culpa.
- Fue de los dos Cande.
- ¿Ahora soy Cande? - Le dije riéndome, el nunca se refería a mi con ese nombre.
- No, seguís siendo mi wacha - También se rió y nos volvimos a quedar callados los dos.
- Danilo, ¿Te puedo hacer una pregunta?
- ¿Qué cosa?
- ¿Por qué te empezaste a drogar? Me prometiste que no lo ibas a hacer por mi.
- Cande cuándo no tenés un camino en la vida, a veces no te queda otra, no tengo un futuro, no me afecta en nada.
- ¿No ibas a ser el mejor jugador del mundo?
- No, eso era cuándo estaba con el Carlos, ahora ya fue, no me queda nada, y tampoco te voy a arruinar tu futuro.
- Vos no vas a arruinar mi futuro, yo quiero que seas parte de el - Le dije mientras le acariciaba la cara - Promete que no lo vas a volver a hacer, por favor.
- Cande...
- Por favor uruguayo, por favor, hacelo solo por mi.
- Solo por vos.

(...)

- ¿A qué viniste? Preguntó mi tía a mi mamá.
- Quiero hablar con vos, de Candela - Le respondió mi mamá.
- ¿Dónde está?
- Se quedó allá en casa.
- ¿La dejaste sola Mirta?
- No, seguro se queda con sus amigos. Tengo que hablar rápido porque Sebastián y Rafael están en el auto.
- ¿Querés una cerveza?
- Si.
- ¿Y entonces de qué querés hablar? - Dijo mi tía sentándose en la mesa.
- Quiero que te quedes con Candela, y que le digas toda la verdad.
- ¿Que decís Mirta? ¿Estás loca? ¿Candela no te contó lo que pasó con el cochi?
- ¿Que cochi? ¿De que me hablas Catalina?
- Ahora me doy cuenta que cometí el peor error cuándo deje a Candela con una irresponsable cómo vos.
- Contame lo que pasó, Catalina.
- ¿Te acordás lo que pasó con Martín? Que mató a los papás del cochi y a los del Sánchez, el drogadicto.
- Si, ese es el hermano del uruguayo.
- Si, bueno, viste que Martin lo trataba cómo un hijo al cochi, y que cuándo el papá de cochi traicionó a Martin haciendo que lo quiera agarrar la cana, lo mató.
- Si ya se todo eso Catalina, ¿que tiene que ver?
- Cuándo fui para fuerte apache, el cochi me agarró.
- ¿Qué? ¿Catalina por qué no me contaste? soy tu hermana.
- Mirta por dios, hermana decís, si te quedaste con Candela por obligación nomás, porque no te quedaba otra, nunca estuviste para mí, ni siquiera sabes todo lo que le pasa a Candela - Dijo mi tía levantándose de la mesa.
- Mira Catalina, no seas una desagradecida porque si no fuera por mi Candela estaría tirada en un tacho de basura.
- Y si la vida que tiene es peor que vivir en un tacho de basura Mirta, vive en una villa, cuida a un nene que ni siquiera es su hermano, está con un drogadicto, y encima está con el viejo borracho que tenés como pareja.
- No sé Catalina, Candela tiene todo el derecho a saber que vos sos su mamá.
- Candela no tiene que estar condenada solo por ser la hija de Martín Olivera.
- Bueno pero a mí me confunden con su esposa, yo no tengo porque criar a esa chica, es mi sobrina no mi hija, hacete cargo.
- Bueno, cómo quieras, en dos meses la voy a buscar y me la traigo a vivir conmigo acá a Capital, y perdemos total contacto. Y a Sebastián voy a hacer lo posible por traermelo a vivir conmigo también.
- Claro, la mujer de la vida perfecta, lograste todo lo que quisiste Catalina, sos médica, tenés tremenda casa, no tenes hijos, y encima me querés sacar al mío.
- Ya te dije, en dos meses voy a buscar a Candela, pero no le cuentes nada, todo lo voy a decir yo.
- Cómo quieras, mientras antes vengas a buscar a Candela, mejor.

(...)

- Ya son las seis de la mañana, nos pasamos un toque - Le dije a Danilo.
- Me imagino que te quedas a dormir conmigo - Me respondió.
- Ay, yo que dije que nunca iba a pasar.
- Va a tener que pasar, no te vas a ir a tu casa a esta hora, te tengo que cuidar aparte.
- Te extrañé un montón.
- Yo también te extrañé wacha - Me dijo mientras los dos nos bajamos de la ventana, y me dió un beso, yo se lo seguí, y se notaban las ganas de lo que queríamos, pero el dolor que tenía Danilo en el abdomen por la herida nos interrumpió.
- ¿Estás bien? - Le pregunté cuando se quejó por el dolor.
- Si, si no pasa nada - Intento seguir besándome.
- Tenés que descansar uru.
- No me la cortes acá, no me dejes con las ganas.
- Va a tener que ser así, perdóname - Le dije riéndome - Dale acostate.

Danilo se acostó en su colchón y yo lo tapé con una frazada que encontré, le saqué el cigarrillo de la boca y el hizo mala cara por eso. Me acosté al lado de el de manera suave por la herida de su abdomen, pero igual lo abracé por la cintura y apoyé mi cara en su cuello, el también me abrazo por la cintura y los dos nos dormimos, sintiéndonos seguros, estando a salvó con el otro.

𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐕𝐎𝐒  | Danilo Sánchez Where stories live. Discover now